1. Ay mi chinito | El viaje a Italia


    Fecha: 04/10/2017, Categorías: Gays Autor: maximusgerry, Fuente: RelatosEróticos

    ... olí. Ese olor me excito tanto que me tiré de lleno a comérselo entero. Empecé a besarle y a chuparle muy cerca de su agujerito, pero sin llegar a tocarlo, hasta que no pude más y acerqué mi lengua a su agujerito. Si antes creía que el sabor de su semen era el mejor, me equivocaba. Ese olor, ese sabor hizo que tuviera una excitación tan grande, que casi se me sale de la roba interior y el pijama. Empecé a chuparsélo despacito. Primero los bordes hasta que le metí la lengua entera dentro y empecé a chuparlo por dentro. - Joder, Marc, sigue haciendo esooo, qué placeeeeeer. - Seguí chupando y chupando un buen rato, hasta que le metí tres dedos del tirón y empecé a masturbarlo analmente y a volver a mamársela pero a muy despacio, no quería que se corriera, si no excitarlo. Al minuto escuché lo que llevaba tanto rato queriendo escuchar. -Por favoooor, deja de hacerme sufrir y métemela yaaaaaaaaaaaaaaaaa. - Mi plan había funcionado a la perfección. Por fin podría tener ese culito a mi entera disposición y, tenía claro que no iba a hacer que se arrepintiera. Me bajé rápidamente los pantalones y la roba interior, me quité la camiseta y tiré toda la ropa a mi cama. ¡Qué liberación! Era tal punto la excitación que no me había dado cuenta del daño que me hacía al tenerlo ahí encerrado. Mi pene es de un tamaño ligeramente superior a la media. Unos 16 centímetros pero muy ancho, hasta tal punto que no sabía si le iba a caber todo. Me escupí un poco en mi pene para lubricarlo y después en ...
    ... su ano para que no entrara bien y no le doliera. Sin decirle nada acerqué mi pene a su culo y empecé a restregármelo por sus nalgas pero sin llegar a metérselo. - Cabróooooooon, deja de jugar conmigo y métemela yaaaaaaaaaaaaa. - Él lo había querido. Acerqué mi pene a su agujerito y empecé a apretar un poco para que entrara. Al principio no entraba, pero Jiahao hizo un empujón hacia atrás y consiguió que entrara hasta la mitad. Ambos gemimos tanto de placer que nos dio miedo haberlo hecho demasiado alto y que nos escuchara alguien del hotel. Menos mal que estábamos en la última planta y casi no había nadie. Empecé un mete-saca muy despacio pero fuerte, y, conforme iba entrando más y más lo iba haciendo más rapido, hasta el punto que se la metí hasta los huevos. - Jodeeeeeeeer, Maaaaaaaarc, ¡qué pedazo de polla tieneeeeeeeeeeeees! Fóllameee, cabróooooooooooon. - Y eso hice, lo cambié de posición, me puse debajo suyo y empezamos a follar como dos animales salvajes, el cabalgándome y yo dándole embestidas a tanta velocidad que me daba miedo lastimarle, pero era tanta la excitación que ese pensamiento se me fue en un momento y seguí embistiéndolo más fuerte hasta que ya no podía más. Nunca había experimentado nada igual y, esperaba que cuando volviéramos a España hicieramos eso cada día. Joder, parecía que estaba en el cielo. - Me corrooooooooooooooooooooooooooooo - Dijimos los dos a coro a los 5 minutos de estar en esa posición. Ambos culminamos con un orgasmo que recordaríamos el ...
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