1. Mi tía la buenota


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Incesto Fantasías Eróticas Autor: Cabrera1993, Fuente: CuentoRelatos

    Mi tía es de piel blanca, 1.50 m de ojos verdes, buenas nalgas y un poco de pecho. Mi tío la dejo por otra mujer más joven, actualmente lleva 6 años abandonada, esto provocó que estuviera súper cachonda. Mi tía siempre se quedaba a dormir en la casa de mamá, siempre dormía con una tanga que resaltaba su gran culo y sin blusa. Un día mamá se fue al súper mercado, me dejo solo con mi tía Cleopatra, se acababa de terminar de duchar cuando me habla para que le untara un poco de crema en su espalda, cuando fui con ella, estaba recostada boca abajo con su tanga puesta. Comencé a ponerle crema, su piel era tan tersa y suavecita, recorrí toda su hermosa espalda hasta que dijo: -faltan las piernas bebe. Se quitó la tanga y dejo al aire su fenomenal culo, empecé a dar pequeños masajes en los pies, recorriendo cada dedo, empecé a subir por sus pantorrillas, hasta llegar a sus muslos, donde sin querer le toqué sus labios vaginales, ella solo cerró más las piernas, yo le empecé a tocar su vagina más rápido, esta empezó a humedecer, mi tía empezó a gemir, entonces me dijo: -que bien me tocas mi vagina. A los pocos minutos sus piernas empezaron a temblar, mi tía había llegado al orgasmo. Aun estando ella acostada saque mi verga y se la puse en la entrada de su ano, lo iba introduciendo poco a poco hasta que sentí que entro todo pues mis testículos chocaban con sus labios vaginales, era tanto la excitación que empecé a meter más rápido, ella decía qué parara pues le estaba destrozando el ...
    ... culo, pues así que no le hice caso y la seguí penetrándola hasta que eyacule dentro de su culo, sentía lo rico que apretaba su intestino. Al momento de sacársela vi como de su culo salía semen con un poco de sangre. Así que me dijo: -ahorita vengo voy a limpiarme el culo, entonces me senté al borde de la cama, pues aun traía la verga parada, cuando salió dijo: -es hora de ampliar la familia no crees? entonces comenzó a besarme apasionadamente, recoriendo mi boca con su lengua, esto provocó que su vagina se mojara, entonces tomo mi verga y se la dirigió a la entrada de su vagina, poco a poco se fue sentando sobre ella, haciendo movimientos circulares yo estaba en el cielo, por lo que solo me concentre en las sensaciones provocadas por las fricciones de nuestros sexos, y de cómo su vagina empapaba con sus fluidos mi verga y testículos, sus labios vaginales se dilataban y apretaban en torno a mi pene, a medida que este entraba y salía, en una mecánica lenta e intensa, como no teníamos tanta libertad de movimiento, lo que entraba y salía de su interior no superaba la mitad del largo de mi pene. La cara inferior de mi corneta se encontraba con la pared superior de su cueva, por lo que los estímulos estaban principalmente concentrados en esa área. La fricción era exquisita, teníamos todo muy coordinado. A ratos sentía el típico hormigueo en los testículos y/o contracciones en mi fierro, por lo que bajaba el ritmo o nos deteníamos para prolongar el momento de placer y no acabar tan ...
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