1. Valis y N, 1


    Fecha: 22/08/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    -Fzzzzzz... Toc, toc. Valis subió al centro del escenario, alcanzó el micro colgado del techo y tiró del cable dando unos golpecitos de prueba que silenciaron toda la sala. Justo entonces pensó, qué cojones hago aquí, con mi chica preparada para meneársela en público a una panda de salidos, y yo disfrutando de ello. El medio centenar de clientes agarrados a sus combinados se giraron hacia él interrumpiendo bruscamente sus nerviosas conversaciones. El momento por el que todos habían venido había llegado. El dueño del club había hecho correr la voz entre los clientes más habituales y tenía lleno. -Err... Buenas noches a todos, anunció Valis con escasa profesionalidad, la vista en el suelo, molesto por los focos. Pronunció una bienvenida que nadie aplaudió y por fin hizo la esperada presentación. N correteó desde el backstage y se abrazó a su chico como si no hubiese nadie más allí, ciñéndolo fuerte por la cintura y reposando la mejilla en el pecho de su camisa. Solo entonces, al ver la sala entera paralizada, se dio cuenta del espléndido cuerpo que se follaba todos los días. N era una rareza de la naturaleza, una chica alta, pálida y escuálida con rostro de muñeca de porcelana y tetas duras como balones. Vestía unos deportivos sin calcetines, shorts vaqueros deshilachados que parecían hechos a dentelladas, tan recortados que dejaban buena parte de sus nalgas al exterior, y una camiseta blanca de tiras que su pecho mantenía ondeando encima de su vientre. Su media melena riza ...
    ... color paja le dejaba mechones por delante de los ojos, grandes y negros. Al verla tan relajada Valis se tranquilizó un poco, le pasó la mano por los hombros y puso los labios para que ella se los sellase suavemente. Podían sacarse una pasta, quizá la idea no era tan loca. -De acuerdo amigos, ahora quiero cuatro tipos duros, cuatro voluntarios para ponerla a prueba. No menos de una docena de clientes masculinos se abalanzaron al escenario. Un par de gorilas del club trabajaron duro para seleccionar a cuatro de ellos y mantener el resto a raya. Un chico joven huesudo, que en el forcejeo había logrado colarse, fue colocado en primer lugar al alcance de N. Al lado de ambos se acuclillaba una camarera con aspecto deportivo, en pantalón de chándal y bikini con las iniciales del club bordadas una en cada copa, provista de un contador manual conectado al marcador gigante que pendía sobre el escenario. -Bien amigos, errr... recordad. Ehm, son 100 golpes. El que aguante 100 golpes de mi chica se lleva la bolsa de esta noche. N se arrodilló, abrió la cremallera del chaval y pescó su polla, suave y bien desarrollada. N retiró la piel y ciñó el prepucio sedoso con 3 dedos en forma de capuchón, alzando la vista como si estuviese orando. -Que hermosura de polla tienes. Vas a ponerte muy grande? Seguro que le ganas a estos grandullones. Me recuerdas a mi hermano pequeño. A tu edad le sacaba 3 dedos a los del último año. Enseguida el sonido de carne fláccida dio paso al peculiar chuic-chuic de ...
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