La zorra madura de la playa - Relatos Eróticos

La zorra madura de la playa

... guarra golfa de Natalia que a cada segundo deseaba viciosamente perforarla y taladrarla con mi carnal puñal. Fuimos directos a su hotel y al penetrar en el ascensor y como estábamos solos, comenzamos a sobarnos alocadamente y sin freno hasta que volví a recuperar mi inicial empalme sexual mucho mas duro y consistente. Al llegar al piso, salimos del ascensor y yo con un desbocado empalme corrí raudo para darla rabo a esta cerda madura de Natalia. Abrió la puerta y nos dirigimos a la parte mas íntima de su habitación que era el saloncito. Nos sentamos en un amplio tresillo forrado de plumón con un estampado imitación tigre que le daba un aspecto salvaje y mas morbo al asunto sexual La muy zorra de Natalia comenzó lentamente a sacar sus formidables tetazas del sujetador del bikini negro que tanto morbo me daba — Ahora voy a sacar mis tetazas del sujetador, cabrón — anunció Natalia cachonda — ¡que buen par de tetas tienes, so golfa! — exclamé libidinoso — ¡Ahora me voy a deshacer de la braga! — reveló Natalia muy excitada La puerca Natalia se despojó y desprendió de la braga del bikini y mi encendido morbo se avivó pues tenía afeitado todo su provocador coño de guarra en celo — ¡que morbo me das, so cerda! — proferí lascivamente — ¡pues tu a mi me pones muy guarra con tu ceñido bañador, bribón! — demostró Natalia con vicio Me puse de pie para que la golfa Natalia me despojara del bañador de elastano y me deshiciese el nudo — ¡como tienes el rabo, canalla!, ¡veo que lo tienes ...

... gordo y duro, canalla! — bramó Natalia lujuriosamente — ¡va a ser todo para ti, so guarra! — vociferé lujuriosamente Mientras la puerca Natalia me iba deshaciendo el nudo, a la vez me masajeaba para que se pusiese aún mas duro mi rabo — ¡guau, que pollón tienes, cariño! — clamó lascivamente Natalia — ¡Todo mi rabo para ti, cerda! — prorrumpí lujuriosamente La cerda Natalia cogió sus manos y las llevó a mi rabo que ya estaba mas duro, gordo, largo y consistente para que comenzara a comérmelo — ¡glug!, ¡glug!, ¡glub!, ¡aaahj! — tragaba y lamía la cerda de Natalia — ¡que bien me la comes, guarra!, ¡eres mi puta guarra! — proclamé lascivamente La putona Natalia a la vez que tragaba con desmedido vicio mi rabo, estrujaba mis gordos cojones cargados de lefa para que se pusieran mas duros todavía — ¡me da morbo como tragas mi polla, hija de puta!, ¡me pone cachondo ver tu cara de zorra, puta! — clamé libidinosamente La puerca de Natalia tragaba, paladeaba y degustaba mi rabo y estaba ensimismada con su placentero trabajo bucal en mi gordo y consistente rabo de semental mientras yo miraba extasiado y fascinado como engullía mi rabo y me daba placer la muy zorra — ¡eres una perfecta zorra, cariño!, ¡me encanta ver como disfrutas, guarra! — gemí libidinosamente El putón libidinoso de Natalia mientras me la comía ensimismada y embobada, me sonreía con mi duro rabo en su puta bocaza de zorra madura — ¡que rabo tienes, cabrón!, ¡estoy disfrutando como una vulgar cerda! — jadeó Natalia ...