Mi gran maestra - Relatos Eróticos

Mi gran maestra

... placentera, estuvo así unos minutos, al cual se detuvo, yo en ese instante, note que su esposo y su hijo no se encontraba -y su esposo e hijo?- Ella solo respondió. -se fueron a ver mis papas, tú tranquilo- Me llevo a su recamara, se quitó la bata, y vaya, bárbara la condenada, que cuerpo. Yo solo le abrí las piernas, la quería follar ya, pero me detuvo. -no, así, no, si quieres gozar, también ame gozar a mi niño primero mójame, come mi coño- Yo la obedecí y me dedique en devorar su coño, vaya esa sensación de primera vez, que jugos más deliciosos, ella gemía y gemía, a la vez me instruí, el punto g, y demás. Enseguida ella entre gemidos me ordeno que la besara, yo la seguía obedeciendo. Vaya no solo es buena en cuerpo sino en esta materia del sexo Yo seguía aprendiendo y mientras eso sucedía, descubrí que en realidad lo gozaba, su piel se ponía muy chinito, incluso con sus torneadas piernas, me sujetaba de la cintura mientras me decía -haga, si, sí, así, aprendes rápido mi niño, sigue así, y sabrás como consentir a una mujer, anda métemela- Llevo su mano a piña y la acomodo en su concha se la metí despacio, que delicia, en realidad gozaba y ella también, ella me enseño varias posiciones, incluso el sexo anal Estuvimos a un rato hasta que terminamos, vaya sensación Durante tres años me folle a esta dulce y buena maestra alma, al principio ella y el maestro se ponían atentos conmigo, por si llegase a fallar en el trato, mis compañeros se percataron de ello, al cual me hacia el ingenuo Ellos seguían hablando de sus atributos de la maestra alma, pero ni ellos, nadie más, que todos mis compañeros, gozaba de tremenda golfa y vaya que si, al principio era yo la que la llamaba, pero después de una semana ella me citaba del diario, temprano en la escuela la salida y por supuesto sábados y domingos cuando su esposo e hijo no estaba, vaya mi maestra, mi uta privada