1. Mi nueva vecina Milf, ayudando en la mudanza


    Fecha: 25/08/2018, Categorías: Sexo con Maduras Confesiones Autor: Alexander0022, Fuente: CuentoRelatos

    Transcurría Enero de este año, 2017, pleno verano acá en Argentina, yo me encontraba estudiando para mis exámenes finales, por lo que me levantaba muy temprano en la mañana y continuaba la mayor parte del día con mis respectivas otras actividades. Era un viernes, yo estaba en mi habitación bastante concentrado sobre mis libros, cuando mi madre golpea mi puerta e ingresa. Me pidió que le haga un favor, que en realidad no era para ella, sino que me solicitó que ayudara a mi nueva vecina, por la tarde, con algunas cosas que le traerían. Yo aún no la conocía, puesto que casi no salía de casa en épocas de exámenes, mi madre ya la había conocido el día anterior y la única información que me proporcionó fue su nombre, Ana, y que se estaba en proceso de divorcio, saliendo un matrimonio medio difícil y por ello se mudaba en la casa que queda al lado de la mía. La idea no me cayó muy bien lo admito, no tenía muchas ganas de ayudar, puesto que debía avanzar en la lectura, pero lo haría de buena onda, por mi madre. Y no me vendría mal tampoco despejarme un poco haciendo otras cosas. Volviendo del gimnasio, entrando la tarde, recibo un llamado de mi madre, me dijo que Ana estaba en mi casa y que enseguida le traerían las cosas para llevarlas a su casa. Voy trotando al gimnasio, y también vuelvo trotando, ya que el mismo no queda muy lejos de mi casa. Apuré la velocidad el trote para llegar lo más rápido posible, sin cansarme más de lo que ya estaba por el entrenamiento, por las dudas ...
    ... que las cosas fueran pesadas o muy pesadas. El calor había mermado bastante, gracias a una pequeña brisa que soplaba en la ciudad. Las ganas de beber algo esa noche me llegaron con ello, así que decidí que después de ayudar y cenar, tomaría una o dos cervezas, tranquilo. Llegué a casa. Cuando abrí la puerta estaba mi madre sentada en el sofá, y en otro estaba Ana. Mi madre me presentó y ella se levantó a saludarme. La imagen que me había hecho sin conocerla se destruyó al verla. Pensaba que sería otra vecina más, pero no, cuando se levantó a saludarme me fijé en todo, en segundos mis ojos recorrieron todo su cuerpo. Ana tiene 38 años, es de piel blanca, cabello largo negro, su estatura medía, no es alta ni petisa. Sus senos medianos, pero con una increíble cola y piernas que no se nota para nada la edad que tiene. Estaba vestida con ropa deportiva, con una calza que llegaba hasta las rodillas, zapatillas y una remera corta, pero que tapaba bien su abdomen. Lo que más me llamó la atención, fueron sus labios, carnosos y rojos, que dibujaron una sonrisa al saludarme. Devolví el saludo y ella se sentó nuevamente. Mientras Ana seguía charlando con mi madre, fui a la cocina a tomar agua, no podía creer la mujer que tendría como vecina, sabía muy bien que no sería bueno para mi salud... ¡ja! ¡ja!. Mi mente ya empezó a maquinar, ya había probado lo que es estar con una mujer madura con“Elena, mi profesora del colegio” (invito a leer este relato), con quien seguimos teniendo sexo hasta ...
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