1. Mi primera vez fué en un cumpleaños


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desnudo, de rodillas, con una vela prendida en el culo, y todos sus amigos le cantarían el feliz cumpleaños, reiríamos de la broma y luego participaríamos de una orgía. Se quedó callado unos segundos del otro lado de la línea y luego aceptó, enigmáticamente, sin decir más. Me agregó que lo dejara todo en sus manos. Y así, durante todo un mes, fui a la casa de mi amigo –con el tiempo y la confianza, los amigos de Cynthia se habían convertido también en mis amigos-, quién me explicó pacientemente sus técnicas para dilatar el culo y poder recibir una pija, por muy grande que ésta sea. Al cabo de unos días, ya me entraban con comodidad dos dedos míos ó, en su defecto, un consolador delgado. No dejé que Fernando me tocase el culo, pues la idea era que Cynthia únicamente me viera penetrado por un consolador –en este caso una vela-. No por una pija real. Al terminar la primera quincena de duro entrenamiento, ya podía recibir un consolador mediano dentro de mi culo, y una semana después, uno grande. Se aproximaba el cumpleaños y Fernando me dijo entonces que había que ir ultimando detalles. Me pidió que fuera a su casa al día siguiente después del trabajo y cuando llegué me estaba esperando con un frasco de cera y una sonrisa de oreja a oreja. Le pregunté qué pensaba hacer con la cera y me contestó que era para mí, para depilarme. Al principio me negué, pero luego lo pensé mejor y acepté. Soy delgado, de un metro setenta y cinco centímetros de altura, pelo castaño y piel blanca. Así ...
    ... que mi imagen, ya depilado, no sería algo desagradable. Al cabo de una hora, por debajo de mi cuello no había pelo alguno. Mi pene, ano, axilas, pecho y piernas fueron cuidadosamente depilados y luego masajeados con crema para darle más tersura y suavidad a mi piel. Y llegó el gran día. Con Fernando habíamos convenido en ir unas horas antes a la casa de Cynthia (yo tengo llaves de su casa) y prepararíamos todo. Nuestros amigos ya estaban avisados. Cuando llegué, mi amigo me estaba esperando en la puerta con unas bolsas. Cuando las observé, él me dijo misteriosamente, que eran para la fiesta. Al rato llegaron nuevos amigos, uno de ellos con una mesa de servicio con ruedas para transportarla. Me dijo que yo iría en ella, en cuatro patas, con mi dichosa vela en el culo, prendida. Dejé mis cosas en el dormitorio y luego de desnudarme, comencé a preparar mi cola para la fiesta. Me excitaba tanto la idea que no pude evitar empezar a masturbarme. Entonces recordé la conversación que había mantenido hace ya un mes con mi novia y me dije que si quería gozar únicamente con mi cola, no tenía que pensar en mi pene. Así que tomé una decisión. Me masturbé frenéticamente hasta acabar. Aguardé unos minutos y volví a masturbarme, también hasta llegar. Esta vez me costó más. Volví a esperar unos minutos y reemprendí mi tarea, masturbándome una tercera vez, pudiendo llegar luego de un rato largo. Acabé apenas unas gotas de un líquido que parecía agua. Supe entonces que por el resto de la noche, ...
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