1. Helena y su marido no tan fiel


    Fecha: 27/08/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Helena y su marido no tan fiel.Helena llegó esa mañana con cara de relajación y enojo al mismo tiempo. La conozco lo suficiente como para saber que algo le preocupaba.“Anoche tuve buen sexo con Jorge, cogimos como dos salvajes y después mientras nos reponíamos me confesó que tiene fantasías con vos, amiga”. Dijo.“Ya sabes bien que tu maridito está prohibido para mí, no te preocupes… si él no viene a cogerme, yo no lo voy a ir a buscar…, te alcanza con eso, amiga?” Respondí lo más sincera y amigablemente posible… qué más podía hacer?.Me pidió que tratara de evitar cualquier encuentro con Jorge… a mí me tenía confianza, pero creía que su perfecto marido iba a tratar de cogerme en la primera oportunidad que pudiera.Unos días después Helena tuvo que viajar hasta Mar del Plata. Un viaje muy rápido, a solucionar un leve conflicto en una sucursal de allá. La acompañé al aeropuerto y antes de despedirnos nos encerramos en el baño de damas y allí nos besamos como nunca. Levanté el vestido liviano que llevaba y le metí un par de dedos dentro de su tanga de algodón. Enseguida Helena comenzó a gemir y pude sentir mis dedos empapados. Los saqué, los lamí delante de ella mientras me imploraba que siguiera… ya no le importaba perder el vuelo.Regresé a casa un poco triste, la iba a extrañar. Para colmo estaba sola, ya que Víctor había tenido que ausentarse también por unos días.La mañana siguiente transcurrió normal, hasta que al mediodía recibí un llamado de Jorge, el apuesto marido de mi ...
    ... amiga.“Qué tal, te aseguraste de haber despachado a la bruja bien lejos?” Exclamó riéndose. Le dije que la había visto embarcar y le recordé que regresaría en dos días si todo salía bien.“Entonces podríamos vernos, espero que tu marido ande también de viaje”. Dijo.No me gustó el tono, parecía que iba a intentar seducirme y por supuesto cogerme, pero esa posibilidad me excitó un poco e hizo que le aceptara la invitación. Quedamos en encontrarnos cerca de mi trabajo para almorzar. Cuando colgué el teléfono sentí que mi tanga estaba empapada. Fui al baño a quitármela, no tenía otra, así que no me quedó más alternativa que seguir sin ropa interior.Jorge me recibió muy galante, siempre un caballero. Casi había olvidado que unos meses antes había estado escondida en un armario de su habitación, presenciando la tremenda cogida que le había dado a Helena. Pero sí recordaba en detalle el tamaño de su inmensa verga, gruesa y dura, mientras entraba y salía de la concha de mi amiga.Durante el almuerzo no le podía quitar la mirada de encima. Me excitaba, me calentaba mucho, me sentía otra vez humedecida mientras hablábamos.Quería llegar al postre y que luego me arrastrara a la cama de un hotel y me cogiera, me poseyera, que hiciera conmigo lo que le viniera en ganas. Hacía rato que no me sentía tan atraída por otro hombre que no fuera Víctor, pero creo que Jorge me podía… yo sabía que estaba caliente conmigo y eso me excitaba mucho, a pesar de que fuera el esposo de mi mejor amiga. Pero ...
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