Mi adolescencia secreta, espíando en un ves - Relatos Eróticos

Mi adolescencia secreta, espíando en un ves

Frecuentaba un club de un barrio acomodado de Buenos Aires. Iba con mis padres y hermanos. Si bien en casa era común que nos viéramos desnudos en Familia, mi madre me aclaró que en ese club en el vestuario de mujeres no se podía circular desnuda. No así en el caso de los hombres. Empecé a frecuentar el club cuando tendría unos quince años.La primera vez que fui mi madre me señaló un sector de cambiadores donde una debía cambiarse, y separado de él las duchas individuales. Cambiadores y duchas tenían cortinas y nadie circulaba no siquiera en ropa interior.En general si estabas con amigas o con mi hermana o mi madre en duchas o cambiadores enfrentados las cortinas quedaban no muy cerradas, eso hacia que nos viéramos y facilitara el pasaje de champú, acondicionador de pelo etc.En algunos casos quién no cumplía esta regla de pudor era amonestada.Las revisaciones médicas para la pileta las hacíamos desnudas en un consultorio al que se accedía desde el vestuario y que tenía además acceso al vestuario de hombres por una puerta, que siempre estaba cerrada cuando éramos revisadas.Antes de la revisación debíamos bañarnos, nos envolvíamos en una toalla y en forma individual éramos revisadas por una médica ó medico.Un médica joven un poco abierta de mente nos dejaba entrar si estábamos en familia, es decir con mi hermana o madre, y a veces con amigas. El consultorio no tenía biombo y quién se sacaba la toalla quedaba desnuda delante de ella sin más.Un día de esos que éramos muchas ...

... esperando, siendo de las últimas para revisarnos con mi madre y hermana, ella comentó que con eso de nuestro pudor se demoraba mucho. Y nos contó que los días de revisación masculina entraban varios juntos directamente desnudos.Para mi sorpresa me enteré que los hombres andaban desnudos sin más, y con total naturalidad.Los horarios de revisación médica eran acotados a dos horas por la tarde, con días para mujeres y días para hombres.Con amigas en la pileta un día conversamos sobre esto de andar desnudos de los hombres y la duda surgió de porqué nosotras no. Nuestro grupo de unas cinco compañeras de colegio, además, estaba dividido entre andar desnudas y no.Un día estaba sola en el vestuario con una de ellas, y obviamos el cambiador y nos duchamos con la cortina abierta, en medio de risotadas por si alguien nos observara. Me sentí muy cómoda, dejar el cuerpo desnudo luego de la ducha oreándose, es decir secándose naturalmente, me resultaba placentero.Un tema y quizás por ello no se andaba desnuda era que las madres podían llevar a sus hijos varones de hasta cinco años a ese vestuario. Pero había un sector para ellos.Por casualidad, en realidad por una amiga de mi madre que iba al club de hacia muchos años nos enteramos que se podía ver el vestuario de hombres desde la ropería, donde se guardaban las toallas y ropa de uso deportivo de equipos.La ropería tenía acceso desde nuestro vestuario. La amiga de mi madre un día me dijo si quería mirar y sonrojada le dije que sí.No sé con que ...