1. Me trató como su perra


    Fecha: 29/08/2018, Categorías: Gays BDSM Autor: Hunter, Fuente: CuentoRelatos

    ... Mientras tanto el veía fijamente en la televisión como a una mujer unos tipos le chupaban la chucha era una rubia y eso lo hacía el con mi culo, metiéndome la lengua todo lo que podía y raspándome con su barbilla peluda. Después me volteó y me puso en cuatro. Con las dos manos me abría el culo y me lo ensalivaba más y más. Me comencé a asustar cuando vi que mientras mas violenta se ponía la película, mas me trataba de meter la lengua y me apretaba las nalgas con una calentura increíble. Llegó un momento que me daba nalgadas y me mordía sin importarle que me estaba quejando más de la cuenta. Estoy seguro que estaba bien drogado. Yo le pasé el tarrito de KY que llevaba y me untó el ano con él. Comenzó metiéndome uno, dos y después tres dedos, abriéndome el culo y pajeándose al ver como quedaba abierto cuando el retiraba sus dedones oscuros. Tengo un culo rosado y yo desde abajo podía ver en el espejo del techo como se abría enrojecido. Logró meterme tres dedos y cuando comenzó con el cuarto yo me quejé tan alto que se retiró un poco. Me comenzó a meter la vergota lentamente, siguiendo el guion de la película. Él se retiraba para ver como me iba taladrando y ajustaba la penetración con sus dedos, bien lubricados. Me puso en cuatro patas, abriéndome las nalgas y dándome de vez en cuando unas nalgas salvajes Después me senté encima de él, meneando el culo para que la pinga no me hiciera daño y el pudiera ver de cerca como me entraba su tranca en mi culito rosado. Cuando ...
    ... trataba de alejarme me empujaba más hacia abajo para que su huevo me entrase con ganas. Después de un rato se sentó en uno de los sillones y me hizo sentarme en su pinga, de espaldas y me apretaba las tetillas y me lamía las orejas, llenándome de saliva caliente, mientras me metía el pipi hasta el fondo, haciéndome sentar con fuerza y culeandome hasta mas no poder. Como tengo unas nalgas bien responsables, carnosas y ricas, se fijó en un potro que había en una esquina. Yo nunca los uso, ustedes saben que esos moteles algunos tienen toda clase de vainas para culear y no sabía exactamente como se usaban. Me acostó boca arriba, se volvió a poner mas lubricante y comenzó a abrirme mas y mas el culo, viendo por el espejo como este me quedaba como una boca, abierto, rojo y con un dolor insoportablemente delicioso. Me llegó a meter cuatro dedos y me zampó de nuevo su pinga, me levantó las piernas y las puso sobre los barandales, dejándome totalmente abierto y a su disposición y SE AGARRO DE LOS SOPORTES Y COMENZÓ A BOMBEARME, pero de verdad. Cogía impulso y me metía la verga hasta el fondo, con ganas. Yo sentía un dolor sordo, como si me estuviera matando, pero el placer era a la vez intenso. Vi como me metía la verga hasta los huevos, la sacaba hasta afuera toda y volvía y la metía con mucha fuerza, empujándome cada vez mas hacia el centro del potro mientras me retenía con las manos agarrándome las nalgas. Me culeó y me culeó hasta que ya no aguanté más y comencé a venirme en chorros, ...