1. ¿Quién es?


    Fecha: 29/08/2018, Categorías: Infidelidad Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos

    ... disculparme por no haber contestado a su email, lo típico de no he tenido tiempo y un montón de excusas más. Le mentí, en el fondo estaba deseando contactar de nuevo con él, el anonimato y cierto misterio en el ambiente la otra vez que chateábamos resultaba realmente excitante. Me preguntó algunas cosas personales y no quise dar muchos detalles en esa segunda conversación. Por mi parte, le pregunte sobre la foto que tenía en su avatar, a lo que él contesto que era de hacia ya unos cuantos años, de una vez en la que por decisión de su manager tuvo que hacerse un book de fotos. Seguro que mentía al igual que yo, todo el mundo lo hace en internet. Le pedí que me mandara alguna otra foto, pero él me retó pidiéndome primero una foto mía. De nuevo se pasó la noche deprisa, fue muy agradable y quedamos en coincidir otro día. Hacía tiempo que no me sentía así, como una chiquilla… Creo que esa noche ni siquiera “me toque”. Poco a poco fuimos conectando cada vez más a menudo. Lo cierto es que yo esperaba ansiosa cada día volver a coincidir con él en el chat. El simple hecho de tener un ciber-amigo desataba mi imaginación hasta límites insospechados. Muchas de aquellas noches que dormía en hoteles lejos de casa, terminaba masturbándome como una quinceañera imaginando cosas que podían sucederme con mi nuevo amigo. Entre otras cosas fantaseaba pensando que podía ser alguien conocido, algún antiguo novio, el actual marido de alguna amiga, algún niñato engreído, un compañero de trabajo, un ...
    ... detective privado contratado por mí marido para ponerme a prueba, un artista guapísimo… etc. Mi imaginación se disparaba fantaseando con innumerables sucesos, hasta tal punto que andaba caliente todo el día. Sin darme ni cuenta empecé a vestirme de forma más atrevida y sugerente, no sé, me encontraba poco a poco mejor conmigo misma. Me agradaba sentirme deseada por ese hombre, y ello me hacía provocar situaciones excitantes con mis clientes. Todo me resultaba más sensual y erótico. Los días que se sucedían en jornadas cotidianas de trabajo. Salidas y desplazamientos fuera de mi ciudad. No dejar de pensar todo el día en otra cosa que no fuera chatear con Rober. De alguna forma me encontraba más receptiva, excitada y mantenía relaciones sexuales algo más a menudo con mi esposo. Incluso llegué a plantearme tener relaciones extramatrimoniales, con uno de mis compañeros de trabajo por el que siempre me había sentido atraída. Con el transcurso del tiempo chateábamos casi a diario, incluso los días que dormía en mi hogar con mi marido en casa, buscaba cualquier excusa para conectarme a internet, normalmente alegando que tenía trabajo pendiente. Como vivimos en un duplex me encerraba en nuestra buhardilla mientras mi marido veía “películas para idiotas” en el piso de abajo. En caso de que mi esposo subiera por las escaleras lo oiría y tendría tiempo de cerrar la ventana del chat en mi navegador. Como es lógico poco a poco en las conversaciones se colaban pequeños datos personales que ...
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