1. CUANDO GABRIEL REENCONTRÓ A MERCEDES


    Fecha: 02/09/2018, Categorías: Incesto Autor: barquidas, Fuente: RelatosEróticos

    Faltaba poco para las dos de la madrugada cuando el tan esperado C-130 “Hércules” rodaba por la pista de rodadura de la Zona Militar del Aeropuerto de Barajas, en Madrid. Poco a poco, y a medida que las cuatro hélices iban perdiendo fuerza en su rotación, el avión finalmente se detuvo y al momento tanto cinco ambulancias militares como el grupo de personas que hasta el momento se apiñaba casi al pie de la terminal, algunas de ellas expectantes, las más llorando, sollozando a lágrima viva, pero más en silencio que otra cosa, avanzaron hacia el portón y rampa posterior del aparato. El grupo de personas eran los familiares y deudos de los que venían repatriados desde Afganistán, cinco hombres, cinco cuerpos en total: Tres en ataúdes, los otros en camillas. Los repatriados eran parte de las víctimas de un ataque talibán, el último hasta la fecha, a una patrulla española de la Fuerza de “Paz” allí desplegada. La mayoría de los heridos habían quedado en Afganistán, en manos de los Servicios Médicos del Contingente español, pero los tres muertos y los dos heridos más graves se devuelven a España. Los primeros, para ser entregados a sus familias tras las solemnes exequias que, presididas por S.M. el Rey, las Fuerzas Armadas y el Gobierno español les tributarían dos días después, en tanto a los segundos les traían para ser intervenidos en el Hospital Militar “Gómez Ulla” de Madrid. Todos ellos, ambulancias y familiares llegaron junto a la gran portada del avión, ya abierta a esas ...
    ... alturas, y por la rampa que hasta el suelo de la pista formaba empezaron a salir las camillas. Primero las que cargaban los tres féretros y a continuación las dos con los heridos. Los familiares de los seres repatriados se aglutinaron en torno a las camillas que bajaban del avión a sus seres queridos y las escenas de desgarrado dolor proliferaron. Las madres, los padres, las esposas e hijos, los hermanos y hermanas, las novias de los caídos para siempre, se abrazaban a los ataúdes pues en ellos abrazaban a quienes nunca más verían… Y los gritos, los alaridos de dolor incontenido, incontenible, se sucedieron dominando el ambiente y haciendo que entre los efectivos del Ejército del Aire allí presentes, desde simples soldados hasta el comandante jefe de la Zona y Base Aérea, los ojos les escocieran por lágrimas pugnantes por derramarse, cuando no con los ojos arrasados por las lágrimas que libremente corrían por sus mejillas, pues… ¿Quién es inmune al desgarrado dolor ajeno cuando se presencia? Y no es que los familiares de los dos heridos no estuvieran también sufriendo por ellos, que sí, pero les asistía el consuelo de que, por lo menos, ellos hoy estaban vivos; desgarrados, casi aniquilados, pero, por lo menos, vivos. Por fin, los familiares de muertos y heridos fueron apartados de las camillas para que éstas pudieran ser cargadas en las ambulancias que al instante partieron hacia su destino. Las que portaban los féretros, a uno de los hangares de esa Zona del aeropuerto y las ...
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