1. Mi abuela Sara


    Fecha: 10/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Estando yo de visita en casa de mi abuela materna, una señora viuda de cincuenta y nueve años, muy hermosa de cara y un culo imponente, ocurrió la extraña historia que voy a relatar. Estando yo de visita en casa de mi abuela materna, una señora viuda de cincuenta y nueve años, muy hermosa de cara y un culo imponente, ocurrió la extraña historia que voy a relatar. Yo tenía dieciséis años recién cumplidos y era un chico bastante inocente que estaba despertando al sexo. Pero nunca había estado íntimamente con ninguna mujer , aunque naturalmente ya me hacía pajas fantaseando con ellas , incluso a veces fantaseaba con mi madre y también con mi abuela materna pues aunque ya no era joven seguía siendo una hembra como las que me gustan a mí, y además se parecía mucho a mi madre. Solía ir yo una vez por semana a su casa a comer con ella. Pero esta vez fui a cenar y luego me quedaría a dormir en su casa. Cenamos, muy bien por cierto, pues mi abuela era una excelente cocinera y nos disponíamos a ver la televisión, cuando yo primero fui al baño pues tenía ganas de orinar. Acabé de mear y al ir a subirme la cremallera un trocito de piel de mi polla quedó atrapada en ella produciéndome un dolor intenso. Yo intentaba liberar la polla, pero ni intentando subir la cremallera ni intentando bajarla me liberaba yo de la dichosa cremallera, además el simple intento de subir o bajarla me incrementaba mucho el dolor. No sabía qué hacer, porque el tiempo pasaba y no sabía que decirle a mi abuela , ...
    ... pero algo había que hacer, así que el dolor hizo que me olvidase del pudor y decidí pedir ayuda a mi abuela. Abuela, grite, ven un momento por favor. Qué pasa, Carlos, por qué tardabas tanto en venir y ahora me llamas cómo con dolor. Yo dándole la espalda para que no me viese la polla le dije lo que me pasaba . Tranquilo, Carlos, que ahora te ayudo, pero para eso tendrás que enseñarme la pollita. Yo tenía algo de vergüenza porque además mi polla no era muy grande y con el dolor aún se había hecho más pequeña. Me dijo, primero quítate los pantalones y el calzoncillo para maniobrar mejor y siéntate en el bidé. Le obedecí, ella se puso rodillas ante mí y me aplicó jabón en la polla y con un suave movimiento y gracias al jabón logro liberar la polla de su secuestro por la cremallera. Gracias abuela, que lista eres, le dije feliz de verme yo liberado de tan engorrosa y dolorosa situación. Te duele, me preguntó. Sí, le contesté, me mire la polla y vi que aunque no sangraba sí que tenía como una pequeña moradura interna. Bueno , dijo ella pues ahora curaremos esa pollita con mucho cariño y amor. Yo había visto que cuando alguien se hacía una pequeña herida en la mano o en el brazo se la chupaba y la saliva era buena para la herida , yo incluso lo había hecho alguna vez, pero no sabía yo que eso se hiciese con una heridita en la polla. Pero mi abuela me escupió en la polla y luego la empezó a besuquear y por fin se la metió en la boca, y empezó a jugar con ella en su interior, lo cual ...
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