1. El uruguayo Washington


    Fecha: 11/09/2018, Categorías: Anal Sexo Interracial Sexo con Maduras Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    El uruguayo WashingtonUnos días después de habernos mudado a un nuevo departamento en Villa Urquiza, Víctor tuvo que hacer un viaje al interior.Cerca del mediodía regresé de hacer unas compras y encontré en el palier del edificio un hombre negro enorme, junto a una escalera de madera, cambiando una lámpara. El tipo sonrió al verme y me tendió una mano, presentándose como Washington, el encargado del edificio.Al estrechar su mano sentí una especie de electricidad que recorría mi cuerpo. Su mirada era matadora, sus rasgos muy viriles. Era un hombre enorme, pesado y musculoso por donde se lo mirara. Mi concha se estremeció de repente y tuve que reprimir un gesto de sorpresa al sentir esa humedad entre mis piernas…Al entrar a mi departamento, me encerré en el baño y me masturbé frenéticamente, pensando en el tamaño de verga que cargaría ese negro enorme…Luego más relajada, me vestí con mi equipo de calza y top para ir a un gimnasio cercano. Al regresar, me encontré otra vez con Washington que estaba entrando al ascensor. La estrechez de la cabina hizo que nuestros cuerpos estuvieran bastante cerca y pude entonces sentir el olor a sudor del negro, que me envolvió y me hizo humedecer la concha nuevamente.Me había desnudado para entrar a ducharme, cuando sonó el timbre de la puerta. Volví a vestirme con la ropa transpirada por la gimnasia y me encontré al sonriente negro en la puerta.“Disculpe, señora, necesito revisar una pérdida de agua en la cocina” Dijo.Él me siguió y yo podía ...
    ... sentir su mirada en mi culo, que se marcaba perfectamente bajo mis calzas transpiradas. Se puso de cuclillas en la cocina y yo quedé de pie frente a él. Cuando el negro levantó su mirada, se encontró que mi pubis estaba frente a sus ojos. Me di cuenta que los pliegues de mis labios vaginales se marcaban en mis calzas y entonces retrocedí un poco, para no regalarle a este tipo semejante visión…Fue entonces cuando me di cuenta de un enorme bulto en sus pantalones. Parecía algo que le colgaba hasta sus rodillas.“Le gusta lo que ve, señora…?” Escuché que Washington me preguntaba.Reaccioné, cayendo en la cuenta de que el negro me había pescado mirando su entrepierna.Estaba avergonzada y me hice la desentendida.“Alguna vez vio una verga negra enorme…?” Insistió el negro, muy grosero.Quedé tan sorprendida con sus palabras, que no podía reaccionar.Washington se puso de pie y comenzó a desabrochar sus pantalones.Retrocedí y le exigí que se fuera de mi casa. Pero el negro me fue arrinconando hasta que no pude escapar. Luego muy lentamente, fue sacando su verga de los pantalones.Era algo realmente enorme; de por lo menos unos treinta centímetros de largo y muy gruesa…Traté de contener cualquier expresión de asombro en mi cara. Pero mis ojos estaban muy abiertos y fijos en su verga. No podía apartar mi vista de ella…Caminó lentamente hacia mí. Mis rodillas temblaban, estaba asustada.“Antes de irme, vas a acariciar mi verga”. Susurró el negro suavemente.“Si lo hago, me promete que se irá y ...
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