1. Una tarde con Julia


    Fecha: 07/10/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Eran las 10 de la mañana de un sábado del mes de mayo del 2000, en un pueblo cercano a Madrid. Sonó el teléfono. Mi novia Sonia me llamaba, eufórica, diciéndome que había conseguido un trabajo como secretaria en una gestoría cerca de casa. Además de decirme una y otra vez lo contenta que estaba, me comentó que fuera ese mismo día a comer a su casa para celebrarlo. Yo dije que iría con mucho gusto y le recordé lo bien que me lo había pasado dos noches antes en su casa. Nos despedimos. Conocía a Sonia desde hace mucho tiempo, ya que vivíamos cerca uno del otro, pero sólo llevábamos saliendo dos meses. Ella es espectacular: rubia, ojos marrones, con unas tetas de tamaño normal pero con los pezones bastante grandes y mirando hacia arriba, caderas algo anchas con un culete redondeado. Es algo mayor que yo; tiene 26 años. Tardé casi un mes en convencerla de que follásemos, pero desde que la convencí lo hemos estado haciendo casi todos los días. Al principio pensé que era un poco tímida, pero en este poco tiempo me ha demostrado que es una verdadera putita: le encanta comerme la polla mientras ella se pajea con sus dedos; un día, mientras yo conducía, se subió la faldita que llevaba, se dio una crema que llevaba en su culo y empezó a meterse una zanahoria de las que habíamos comprado en el hiper, etc. Llegué a su casa a las dos de la tarde. Me abrió la puerta Julia, su madre. Tiene unos 47 años y también está buenísima; de hecho, cuando era más pequeño no dejaba de hacerme ...
    ... pajas pensando en ella. Me cruzaba con ella por la calle, nos saludabamos, y cuando llegaba a casa se masturbaba como un bestia. Desde que salgo con su hija se me ha pasado un poco esa fiebre, aunque no del todo. Julia es más morena que su hija, siempre está perfectamente bronceada y tiene un cuerpo increíble: tetas más grandes que las de Sonia, curvas de escándalo y una boca enorme con labios muy sensuales que parecen pedir una polla para chupar. Está divorciada y en el barrio siempre ha tenido fama de puta. Me dio dos besos y me mandó pasar. Llevaba un vestido de verano con gran escote y tirantes. Pasé al comedor, donde estaba Sonia. Ella se levantó del sofá y me besó en los labios. Nos pusimos a comer; siempre que iba a su casa me sorprendía la naturalidad con que hablaban de cualquier tema, cosa que no pasa en mi casa: si salía algún tipo bueno en la tele, Julia comentaba sin reparos que "ya le podía hacer a ese un buen trabajito" y después se reía,... A las cinco de la tarde, Sonia me dijo que había quedado con Marta, una amiga suya inaguantable, para comentarle lo del nuevo trabajo. Yo dije que me iba a casa a echar la siesta, pero en ese momento Julia intervino diciendo que me quedase allí, que a ella no le molestaba. Miré a Sonia y asintió, así que acepté. Me tumbé en la cama, con bastante sueño y un poco excitado por quedarme solo con Julia. Una hora más tarde me desperté. Se oían en el comedor un montón de gemidos. Me levanté, con la polla totalmente tiesa. Me asomé ...
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