1. Descubriendo a Magalí (IV): La lujuria


    Fecha: 13/09/2018, Categorías: Transexuales Sexo con Maduras Autor: solotulosabes, Fuente: CuentoRelatos

    Aquella noche la terminamos follando en cama, después de correrse en mi mano, se levantó y me dijo que la esperase, que iba ponerse cómoda. Al cabo de 10 me llamo. - Luis, ven estoy en la habitación Me levante, y avance por el pasillo, la disposición del piso era igual al mío así que me fue fácil llegar. Al entrar la vi tumbada en cama vestida con un salto de cama blanco que dejaba ver su cuerpo femenino, realzándolo todavía más. - ¿Quieres que te de un beso de buenas noches? - No, lo que quiero es que me folles. Quiero que me metas tu polla, demostrarte que puedo ser tu putita mejor que cualquier chica que conozcas por ahí. Me senté a su lado, contemplado su belleza, sus pezones sonrosados se marcaban en el salto de cama, se notaba que seguía excitada, su mirada desprendía deseo, sus labios rojos estaban húmedos. Recorrí sus piernas, ahora sin medias, con mi mano, estaban suaves ningún resto de bello. - Me he depilado para ti, aunque no tengo mucho bello en las piernas. - Siempre que estés conmigo tendrás que venir depilada. - Claro, contigo soy Magali. Quiero ser toda una nena para ti, depilada, maquillada y vestida. Mientras me hablada yo seguí recorriendo sus piernas, al llegar al interior de sus muslos se le puso la piel de gallina y se mordió el labio inferior mientras cerraba los ojos. Tras el salto de cama podía apreciar unas braguitas y bajo ellas un bulto que empezaban a crecer. Le pedí que se pusiese a cuatro patas encima de la cama. Me obedeció, yo me pude detrás ...
    ... de ella para contemplarla, y me quite los pantalones y el calzoncillo. En la habitación únicamente se oía su respiración. El salto de cama solo tapaba la mitad de su culito y entre sus piernas las braguitas de un rosa muy tenue sostenían una polla medio empalmada. - Braguitas nueva - Si, también son de mi madre. Tiene muy buen gusto. Separe ligeramente las braguitas para besar su culito. Mi boca y lengua lo recorrieron lentamente acompañado de pequeños mordiscos, que hacían que se estremeciese y que su piel vibrase con cada uno de mis mordiscos. Mi polla empezó a crecer y empezó a rozar su muslo, intento cogerla con su mano pero le dije que no se moviese, que quería que siguiese así a cuatro patas. La contemple de nuevo, así a cuatro patas totalmente entregada, levantaba ligeramente su culito. Sus piernas abiertas dejaban ver unas las braguitas rosas en las que su polla reaccionaba cada vez que su calentura aumentaba. Era una gata en celo dispuesta a entregarse a los deseos de su amante. Recorrí la raja de su culito con uno de mis dedos, seguí hasta llegar a la punta de su polla, con la palma de mi mano empecé a acariciar aquella polla, notaba como la tela entre mi mano y su capullo se empezaba a humedecer. - Estas muy mojada Si, dijo entre suspiros mientras yo seguía jugando con su polla. Metí mis dedos entre las braguitas para humedecerlos. Cuando los note suficientemente húmedos, humedecí su agujerito con ellos, gracias al polvo anterior su dilatación fue fácil. Mi polla ...
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