1. La revancha que surgió del fuego


    Fecha: 13/09/2018, Categorías: Anal Masturbación Sexo Duro Autor: EvaManiac, Fuente: xHamster

    ... sorprender a Rafa. Estaba empezando a acojonarme de verdad. Ese tipo no tenía aspecto de bromear y, probablemente había salido de la cárcel hacía poco, por lo que yo era un dulce caramelo de fresa para un individuo abrumado por la amargura y la necesidad. No tenía buena pinta el asunto. Me empujó de forma muy tosca contra la cama y levantó el vestido que portaba durante toda la mañana.“¡Uff, menudo coñito, tío”, le confesaba a Rafa, que estaba en silencio sentado en la esquina de la cama con una expresión acorde a las circunstancias.Ahora yo tenía claro que mi “aliado” no estaba dispuesto a enfrentarse a Kevin por mí, así que tuve que asumir el papel de defensora de mis propios intereses e imponer mi genio desbocado para evitar que un puto pirado me violara impunemente. Mientras el gitano no cesaba en su intención de exponer mis genitales para su regocijo, yo pataleaba y abofeteaba su cuerpo musculoso e iba propinando todo tipo de golpes aleatorios, sin destino concreto. Solo quería salir de ahí abriéndome paso de la forma más salvaje. Pero ese tío era demasiado fuerte, y su hambre, voraz. Me agarró por las muñecas aprisionando mis piernas con las suyas y se acercó a mi oído:“No te resistas, preciosa, estás demasiado buena para dejarte ir, y no sabes cuánto tiempo llevo sin echar un buen polvo”, me arrulló con el sosiego de un psicópata muy seguro de sí mismo.Estaba cagada de miedo y empecé a asumir que la única forma de salir de ahí sería dejándome violar por ese cabrón. ...
    ... Tras el susurro de su frase amenazadora él notó la relajación de mis extremidades castigadas y empezó a disfrutar el néctar de su victoria.“No te muevas”, me ordenó.Se quitó de un tirón los pantalones y mostró el bulto bajo sus calzoncillos de mercadillo. Se sacó una tranca importante por el agujero frontal y comenzó a tocársela lentamente mientras me repasaba con la mirada de arriba a abajo. Yo solo podía echar la mirada a un lado para evitar ser su espectadora, pero él me conminaba a examinar su propia paja.“Súbete ese vestido y levanta las piernas”, me exigió esta vez con voz de mando.Decidí obedecer desvalida con la esperanza de que se limitara a descargar sobre mí y cayera exhausto y vacío. Alargando la mano que tenía libre la usó para juguetear con sus dedos en mi raja reseca y temerosa. Siendo consciente de ese laconismo empapó esos mismos dedos con su saliva y volvió a probar su intento de penetrarme con ellos. Ante mi absoluta indiferencia física y total rechazo psicológico consiguió adentrar su extensión más alargada dentro de mí. Entonces su polla parecía tomar más volumen entre la mano, acelerando sus propias caricias sobre el glande, a medida que, por una simple cuestión orgánica, mi chocho empezaba a dar muestras de excitación, delatando cada vez más flujo en su extremidad digital.“Estás empezando a ponerte muy cachonda, pedazo de guarrita”, soltó el hijoputa.Le saqué de un golpe el dedo de mi interior e intenté aventurarme por sorpresa para salir por patas del ...
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