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La violamos porque se la buscó
Fecha: 13/09/2018, Categorías: No Consentido, Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
La Colo se hizo fama de atrevidita, empezó como peterita más tarde en la villa para que le den flores, porque no le gustaba el fasito. Creo que su boca debió ser un gran contenedor de leche porque nunca le faltaba para fumar, y plata propia no tenía. Resulta que mi vieja se quedó sin laburo, y gracias a uno de sus machos decidió vender porros en un kiosquito medio camuflado en el que solo había pañales, gaseosas, caramelos, birra y pan. Mi hermana fue la elegida para filtrar ventas a los pibes y a las guachas a un precio económico. Para mí no era ningún orgullo saber de las peteadas grupales que se mandaba en la placita al anochecer, o de lo mamona que se volvía con los remiseros o camioneros del lugar, o de la exhibición de su cola a cualquier transeúnte a cambio de guita. La vi pelar las tetas y el culo siempre entangado con esos hilos de feria para que los viejos se babeen y le pidan bailar o menear, especialmente a don Roque, el carnicero que nos fió durante años. La Colo es medio analfabeta, habla como el carajo, tiene la costumbre de andar con una mano en la entrepierna, no toma otra cosa que no sea mate o birra, suele armar puterío en sus grupos de amigas con sus novios y duerme mucho, generalmente en pelotas. Pese a que le llevo 3 años todavía compartimos la pieza, y verla así me pone al palo. Gracias a eso me pajeo como un animal, y en oportunidades le regué las nalgas cuando descansa boca abajo. Se llama Romina, tiene ojos marrones y 18 años, una boca grande con un ...