1. La violamos porque se la buscó


    Fecha: 13/09/2018, Categorías: No Consentido Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... toda metida en el culo! Como confío en él y ya estaba re loco por un churro que me fumé en la esquina, le conté que me pajeo como un cerdo todas las noches mirándole el culo. Cuando quisimos acordar, los tres nos pajeábamos con ese culo entangadito ante nuestros ojos desorbitados. Ella tiene sueño pesado, por lo que ni nos escuchó. Los dos le acabamos en las nalgas, y no le hicimos más nada porque mi vieja en la casa mateaba con mis tíos y una madrina. Justo cuando nos íbamos se despierta y dice entre bostezos: ¡qué pajeros que son, por qué no me cogen en vez de mirarme y tocarse las pijas?! Al otro día los tres la re manoseamos a la vuelta del kiosko donde no hay luz, ¡y la guacha se animó a darle unas chupaditas a nuestras pijas entre que se tragaba los mocos, tosía y repetía que quería coger. Fuimos a casa y después de almorzar nos encerramos en la pieza donde hizo que Mirko le acabe en la boca, el Wily en las manos y yo en las tetas. Todo fue una peteada impresionante, ella arrodillada en la cama y nosotros con nuestras vergas como garrotes calientes soportábamos sus insultos y lametazos haciéndonos quedar como unos cagones por no garcharla. Es que de nuevo mis tíos no se iban, y mi madre tiene problemas cardíacos, y si veía que sus hijos se enfiestaban, andá a saber en qué terminaba todo. Una mañana los tres nos rateamos del colegio, y el Wily me sinceró en la placita que no aguantaba más las ganas de cogerse a mi hermana. Al rato Mirko sacó un porro mientras ...
    ... entrábamos a mi casa y decía que se mataba a paja pensando en la burra de la Colo. Entonces, tras confirmar que no había nadie fuimos a la pieza donde ella dormía inocente, ya que iba al colegio de tarde. Parecía haber llegado no hace mucho porque estaba con sus zapatillas de resorte fucsias sobre el acolchado, su camperita flúor y su calcita agujereada, de crota nomás. ¡se le re marcaba el papo al mostrarse abierta de gambas! Hasta ahí pudimos controlarnos. ¡eu pendeja, despertate, dale que te vamos a romper el orto perra!, le gritó Mirko en el oído mientras la zamarreaba de los brazos, yo la descalzaba y Wily le manoseaba las gomas. La cazamos del rodete, y a la vez que sacábamos las pijas se la hacíamos chupar pero a lo bruto, haciendo que nos estornude hasta los huevos, metiéndosela hasta por la nariz, sin detener los sopapos y vergazos contra su cara. Ella empezaba a resistirse cuando Mirko le marcaba los dientes en las tetas, se quedaba con varios mechones de pelo en las manos al sacudirla y se los mostraba, o le clavaba un dedo en el orto sobre la ropa. El Wily le quemaba los brazos con cigarrillo y le destrozó la camperita con una tijera, y yo no le dejaba pronunciar palabra con mi pija que ya había vertido mi primer lechazo en su garganta. El Wily se le prendió de las tetas para morderle los pezones mientras la cacheteaba, Mirko le frotaba el pico de una botella vacía que había en la mesa de luz en la entrepierna pero con poca decencia y yo le quitaba los cordones a sus ...