1. Renace el harem (Capítulo 8)


    Fecha: 14/09/2018, Categorías: Dominación Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos

    Mientras las perras estaban tragando su comida especial, solo pensaban que más les tocaría aprender. Los 15 minutos pasaron por lo que su alimentación de ese día terminó. Su Majestad estaba en su sala de descanso y de pronto se hizo escuchar el llamado mediante las palmadas; las perras ya con un poco más de energía no tardaron en presentarse. El Ama al verlas llegar fue dando órdenes de que harían cada una de ellas. A una le ordenó abanicarla durante el tiempo que su Majestad estuviera descansando, otra de ellas fue puesta a cuatro patas para estar sirviendo de descansa pies, a otra le ordenó le masajeara los pies, en fin a cada una le asignó una tarea que debían cumplir a la perfección y sin que su Alteza escuchara un solo ruido por pequeño que este fuera. Su Majestad después de dos horas, dispuso que dos de las reclutas le iban a adorar los pies, una de ellas se los besaría y la otra le debería hacer una pedicura pero con la boca para después tragar toda la callosidad, debían alternarse, al terminar cada una la tarea impuesta debían intercambiar funciones, la que masajeaba ahora debía hacer pedicura al pie asignado y la que hizo pedicura iba a masajear, de tal forma que ambas perras aprendieran a desempeñarse en todas las obligaciones. A dos más de ellas las envió a realizar labores fuera del reino, una iba a lavar los coches por dentro y por fuera incluida la pulida y la otra se encargaría de lavar el garaje ya que era bastante grande, la perra encargada de los coches ...
    ... sería nombrada chofer, y la que limpió el garaje después la pusieron a limpiar todas las recamaras desde los techos, pisos, paredes y ventanas, en fin ella sería multiusos. El día para las perras fue bastante largo y cansado, que su único tiempo de descanso fueron los 15 minutos de su comida y nada más, el resto del día fue un continuo entrenamiento para ser perras domésticas, estaban muy cansadas, ya no aguantaban más, suplicaban fuera tiempo de ser enjauladas para poder dormir. Al llegar las 11 pm se apagaron las luces, las perras fueron enjauladas después de 16 horas constantes de arduo entrenamiento, al entrar al jaular, las perras tuvieron que besar los pies de su Majestad agradeciendo estuvieran siendo adiestradas para ser útiles en la casa y no uno simples estorbos. No podían creerlo, por fin a descansar. A las 6:50 de la mañana las luces del jaular se encendieron para continuar en entrenamiento, las perras no podían creerlo, ellas sentían que habían pasado solo cinco minutos, rápidamente al abrir las jaulas, besaron los pies de su Majestad dándole los buenos días y así desnudas empezar el segundo día. Esa mañana fue igual de pesada que la anterior, aunque ese día les enseñaron diferentes cosas como a no hablar sin permiso, siempre estar arrodilladas y acatar las órdenes con alegría y respeto por el Ama, ya que sin ellas serían unos trapos viejos. Por la tarde se les entrenó para servir como todo tipo de mueble, ya fuera descansa pies, mesitas de servicio, abanicos humanos ...
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