1. Laura


    Fecha: 18/09/2018, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dedos por encima de su final. No te importará que te haya cortado un poco más de cinco dedos, me dijo Pili, es que lo tienes muy estropeado y te conviene. Yo sabía que era una mentira piadosa y que lo que pasaba es que le excitaba más cortar más, por lo que la dejé hacer porque a mí también me excitaba la idea de satisfacer a Pili y a Laura. Cuando terminó de cortar el largo del pelo apenas me llegaba hasta la línea del sujetador, Pili me le había pegado un buen tajo a la melena que, durante años, no había perdido sino dos o tres dedos cada vez que me cortaba el pelo, pero la experiencia había merecido la pena. Mi sexo, por aquel entonces rezumaba de placer. Esto que, normalmente me hubiera molestado, no sólo no me importó sino que he de reconocer que me gustó. Cuando terminó me quitó la capa de cortar y me enrolló el pelo en una toalla como una mora. Seguidamente Pili reclinó el respaldo y levanto las extensiones de las piernas dejándome tumbada en el sillón con las piernas apoyadas arriba. Me separó las piernas y me dijo. Bueno ha llegado el momento de hablar. ¿Qué hacemos con este bosque?. Lo siento, es que no suelo arreglármelo. En efecto, yo sólo me había recortado el pelo del pubis con tijeras durante los veranos, y lo más que me había hecho era hacerme la cera en el salón de belleza para recortar un poco los laterales. Nunca se me había pasado por la cabeza depilarme integro el pubis. Por eso tenía una buena mata negra y rizada. Creo que, por ser la primera vez, ...
    ... prefiero que me lo dejes un poco más poblado que el tuyo le contesté, sin saber bien por qué lo hacía. Chica no te apures por tenerlo tipo bosque si a mí me gusta más así para trabajar, me contestó Pili, no ves que tengo más que pelo que cortar. Con las tijeritas fue dejándome toda la parte delantera al rape y, entre las manos de Pili y el peine que escarbaba una y otra vez para levantarme los pelos, cada vez me fui excitando más. Pili me separó más las piernas y comenzó a recortarme la zona que rodea los labios. La sensación del filo de las tijeras cortando el pelo y de la mano de Pili rozándome el sexo, me hizo exclamar de placer. Ves como te iba a gustar, me dijo Laura, al tiempo que yo gemía de placer. Mientras Pili había cogido del tocador la maquinilla eléctrica y se la puso en marcha sin ponerle ningún peine. Me la acercó al pubis y, entre la vibración de la maquina, el ruido y la sensación de los pelos cortándose entre los dientes de la máquina, terminé de excitándome más aún si cabe. Seguidamente Pili me lavó bien y me enjabonó la entrepierna con la brocha y el gel de afeitar. Cuidadosamente fue afeitando el monte de Venus hasta dejarme una pequeña banda central de pelo de un dedo de ancho y unos tres centímetros de largo. Hecho esto, me enjabonó la zona perineal y metiéndome sus dedos en el sexo me afeitó completamente los labios externos. Estaba tan húmeda que los dedos de Pili salían mojados con mis flujos espesos. Terminado el afeitado Pili me aclaró con agua fría ...
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