1. LA TONTA


    Fecha: 18/09/2018, Categorías: Zoofilia Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... ya con ambas manos fui lavándosela, había llevado una balde con agua limpia y tenía miedo a que oliera, o a que sabiera, o agarrarme alguna enfermedad. Esa primera vez me sentí excitada, pues aún era pequeña y virgen y sea como fuera era mi primer contacto real con algo del otro sexo, con timidez acerqué mis labios para apoyarlos con un tanto de asco, me sorprendió comprobar que sencillamente no tenía gusto a nada, pasé mi lengua entonces, nada, cuando me di cuenta no solo que lo masturbaba, también se la chupaba. Así llegué a su glande, abrí bien la boca, era muy grande y temí lastimarlo con los dientes, pero debía asegurarme de que no escapara una gota, así que ya en posición lo masturbé con ambas manos, con paciencia, esperando el momento deseado, estaba dispuesta a beber toda su leche. Presentí el final, el animal estaba inquieto y la sentía venir como sube la lava por el interior de una montaña. Pero mi teoría se terminó cuando el animal eyaculó, yo no sabía que iba a acabar tanto, como si de repente una bola de esperma hubiera estallado en mi boca, sencillamente era demasiado, esperaba un pequeño riachuelo, recibí una catarata… La leche llenó mi boca en un segundo, trate de tragar, me ahogue, escupí, empecé a tose y la bestia aun seguía acabando. Tuve arcadas casi toda le leche corrió por mi cara y fue a parar a la remera que cubría mi pecho. Maldije y maldije, porque mi primera prueba había sido un fracaso, saqué mi remera presurosa, fui a la pileta a lavar mi boca y ...
    ... la prenda y mientras pensaba alguna excusa para meter en casa sacaba algunas conclusiones, debería mejorar mi técnica si quería mamar bien, la leche de caballo sabía muy rica, un tanto melosa pero dulzona, me había gustado, y lo más importante, hasta cuándo debería tomar? Y si me pasaba y me explotaban los pechos? Al día siguiente repetí el procedimiento, solo que esta vez cambié de animal y como ya sabía lo que sucedería me preparé de diferente manera, sabía que tenía que tragar lo más rápido posible y así lo hice llegado el momento, tapé el orificio con la punta de mi lengua y apreté bien mis labios bordeando el glande del caballo, mejoré, pero la presión era tanta que escapaban pequeños chorros por la comisura de mis labios, se me hacía casi imposible. Día a día fui perfeccionando mi técnica, se me hizo casi una adicción, me transformé en una chupa pija experta de caballos y tomé mas leche que nadie, realmente es exquisita, altamente recomendable. Los días pasaban, me miraba seguido al espejo pero no notaba ningún cambio, mis tetitas seguían tan chiquitas y pasas de uva como de costumbre, no sabía qué hacer, cuando haría efecto, cuanto más debería beber, ante los pobres resultados decidí doblar la ración, una vez a la tarde y otra por la mañana. A veces, llevaba una jarra, entonces hacía acabar el equino en ella para después beberlo como un refresco, ó una chocolatata. Seguí cuidadosamente mi rutina, pero ya sospechaba que la fórmula no funcionaba, además siempre me quedaba ...