1. Maduras Anónimas (Cap. 08 & 8.5)


    Fecha: 22/09/2018, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Incest_Lover, Fuente: CuentoRelatos

    ... para ayudarse en su labor de darme placer. El muy descarado incluso metió uno de sus dedos en mi coño y así empapado con mis jugos lo llevo a continuación hasta mi culo. Su lengua lamia y sorbía los jugos que emanaban de mi concha, los cuales no dejaban de fluir. Froto mi clítoris con su pulgar haciendo que me retorciera de placer. ¿Qué clase de mujeres había en el complejo que le habían enseñado estas guarrerias a mi niño? Incapaz de contenerme más termine teniendo un orgasmo y corriéndome en la experta boca de mi hijo que no dejaba de lamer el fruto de una labor bien hecha. -Mira nada más. Te has corrido con tu hijo comiéndote el coño. Te dije que tenía talento. ¿Qué harás ahora? Si en verdad no lo deseas solo dime que no una vez más y te dejaremos sola. Te traeré a otro joven para que termine la labor. ¿Pero puedes negarte luego de ver a tal semental en acción? ¿En verdad quieres disfrutar otra polla que no sea la de tu hijo? ¿Qué es lo que en verdad deseas? Te lo preguntare una última vez, ¿Quieres sentir la dura verga de tu hijo dentro de ti?- susurro nuevamente Elide en mi oído. Ya no tenía caso seguir negándolo, deseaba tanto el sentir su verga dentro de mí. No me importaba lo que ocurriera después, solo sabía que necesitaba sentirlo dentro de mí, de regreso al lugar donde había salido. Mande al demonio todas las dudas e inseguridades que había tenido junto con cualquier rezago de sentido común y pudor que pudiera quedarme y asentí con lentitud. Elide sonrió ...
    ... complacida y se dirigió a mi hijo. -Parece que esta vieja zorra aún no tiene suficiente, David. Creo que es hora de follarla.- dijo y esta vez abrí las piernas por mi cuenta mostrando mi chorreante y palpitante coño hambriento. Mi hijo se puso en posición levantando mis piernas con sus brazos y observe su grande y dura verga lista para perforarme. Mi corazón latía rápidamente mientras su pene se acercaba a mi raja más y más. La punta de su cabeza entro tímidamente en mí y una vez que tuvo el blanco asegurado me penetro de un solo golpe. Lance un grito de placer que se ahogó en la mordaza. Dios, ya había olvidado la maravillosa sensación de tener una verga enterrada en el coño. El consolador que tenía en mi cuarto no se comparaba a esto, la polla de mi hijo era más grande y muchísimo mejor que aquel pedazo de plástico. Sus embestidas comenzaron lentas y fueron tomando velocidad poco a poco. Contemple el maravilloso rostro de mi hijo quien estaba enfocado en darme placer. Cada penetración me hacía enloquecer de placer, sabía que lo que estaba sucediendo estaba mal, pero dios, que rico se sentía la polla de mi hijo dentro de mi coño. Mis gemidos eran cada vez más fuertes, tanto que ni siquiera la mordaza podía contenerlos. El placer era inmenso, el saber que era un acto prohibido solo me excitaba mas, abría mis piernas lo más que podía buscando sentirlo en lo más profundo de mi ser. Ya no había vuelta atrás, ya no me importaba nada más que seguir disfrutando como mi hijo me taladraba. El ...