1. Un desliz y una extorsión ©


    Fecha: 22/09/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AnaLu, Fuente: xHamster

    © AnaLu-xHamster.comHace un tiempo atrás tomé un trabajo administrativo temporario en una empresa de salud. Ellos brindaban a sus asociados servicios de médicos y de enfermería a domicilio, incluyendo transporte con ambulancias propias.Uno de los choferes tenía por costumbre llamar a todos por su apellido, al contrario de los demás que lo hacíamos por nuestros nombres. Exceptuando a los médicos, claro. Desde un primer momento noté que me miraba con cierta lascivia, sin que le prestase mucha atención.Cada vez que él tenía tiempo libre, pasaba por mi oficinita supuestamente para ayudarme con los papeles o solo para charlar. Así pasó más de un mes sin que hubiera nada raro: Ni actitudes ni comentarios fuera de lugar...nada.Como dije, mi oficina era pequeña y más de una vez nos habíamos rozado sin querer, pero tampoco significaba algo para mí. Lo que yo no sabía hasta ese momento era que para él si, tanto que en determinado momento lo rocé con mis nalgas al recoger unos papeles. Se acercó a mi oído y me dijo en voz muy baja "Yo no soy de hierro, Snaider" y me miró a los ojos. Tardé unos segundos en darme cuenta de lo que había pasado, le pedí disculpas y le mencioné que no fue mi intención ponerlo en esa situación. "Lástima" dijo y salió sin volver a pasar en toda la tarde.Ya de noche, acostada en mi cama con mi marido, me vino a la mente ese episodio una y otra vez: El roce, sus palabras, su mirada...y eso me excitaba a pesar de tratar de evitarlo.Luego de un par de días que no ...
    ... aparecía, Ariel -así se llamaba- fue a llevar unos papeles para que los controlase. Mientras aguardaba, ni siquiera pude mirarlo de frente. Cuando ya se retiraba, no se de donde me salió pero tuve que decirle que yo no lo había echado de ahí, que volviera cuando quisiese. Me sonrió y con un "Bueno" se fue.Confieso que ese sábado por la noche, mientras hacíamos el amor con mi esposo, no dejaba de fantasear con Ariel y creo que ahí comenzó a existir la posibilidad de acercarme a él en algún momento.Y ya saben, cuando el diablo mete la cola....Esa semana debíamos reordenar una sarta de papeles que habían trasladado de otra oficina, esenciales para el movimiento de la empresa. No pude saber de quién fue la idea de extender el horario de trabajo para terminar eso, por supuesto que la responsabilidad era mía. Avisé a mi esposo de tal contratiempo y me dediqué a hacerlo lo más rápido posible. ¿Y a quién nombraron para ayudarme? Si, justo: Ariel.Ya cerca de las once de la noche, alguien trajo comida de la rotisería. Detuvimos el papeleo y nos abalanzamos sobre ella muertos de hambre. No faltaba demasiado para terminar, pero se hacía pesado. Para cuando nos faltaba solo acomodar media docena de cajas, eran más de la medianoche y exceptuándonos, solo quedaban en otra dependencia, cruzando un largo pasillo, el médico de guardia, un enfermero y otro chofer.No se si lo hice para ver su reacción o porque esperaba mas, solo se que me incliné un poco para depositar una caja sobre las otras y ...
«1234...»