El secreto de Laurita. Mi deseo privado - Relatos Eróticos

El secreto de Laurita. Mi deseo privado

... mientras trabajaban alguno de estos hombres, de camiseta, sudorosos y manchados dejaba su labor y desaparecía por momentos del sitio hacia un lugar que mi vista no me dejaba contemplar. Así que me moví por el pasillo siguiendo la dirección que veía tomaban y me coloqué en una ventana en el muro final con rendija que daba hacia un muro con materos. Hasta allí llegaba mi vista y hasta allí llegaba también el edificio, en ese lugar debería esperar observando si quería descubrir algo. Pasé una media hora en las que solo vi personas con sus perros, los únicos que parecían acercarse al lugar donde estos hacían sus necesidades, hasta que por fin vi a un trabajador que apareció, solo en el sitio, este caballero , de unos 50 años, con algo de panza pero fornido, miró hacia los lados e hizo sin mucho reparo algo que hizo palpitar mi corazón, sentía que un momento definitorio y trascendente acontecía enfrente mio, mi curiosidad y atención entera s enfocaron en su mano mientras se bajaba el cierre del pantalón, descubría su miembro semi erecto y apuntaba hacia el muro para orinar. Todo transcurrió en instantes pero para mi parecían ser eternos y en cámara lenta, desde la mezzanina , desde donde estaba podía observar su pene perfectamente y mi sangre comenzó a hervir mientras corría la piel de la cabeza de este órgano viril, grueso y fornido como el , la hacia atrás solo un poco y empezaba a brotar liquido amarillo como un chorro intenso y pegaba contra el muro, haciendo lo que para mi ...

... era un ruido estremecedor, sentía que sonido el salpicar recorría mis tímpanos como el reventar de una cascada que daba vuelta por mi oído y entraban a mi mente. Me sentí abrumada, paralizada pero sobre todo, encantada. Todo termino tan rápido como empezó, el señor metió su miembro en su pantalón, cerro el cierre y se dio vuelta. Como un shock recordé tardíamente quien era y volví a la realidad, me escondí rápidamente en el muro, no me vio, estoy segura pero parte de mi al recordar desearía que si, que al menos de reojo supiera que estaba allí y que sin haberlo sabido causó que por primera vez, la niña de zapatos pulcros lubricara debajo de su falda larga. subí corriendo a mi casa, no tenia intenciones de detenerme hasta llegar a mi cuarto, solté el bolso, cerré la puerta y las cortinas. No sabia que hacer pero sabia era urgente, sabia que me carcomía, como si hormigas recorrieran mi cuerpo desde mi vagina y subieran por mis caderas hasta mi cerebro. Me desabroche, me desabotone la falda y con mi calzón aun puesto solo empecé a frotar espasmódicamente mi almohada, la monte primero, cada vez mas rápido arriba y adelante. No erra suficiente, y frustrada casi llorando mientras lo hacia me volteé , apreté mis piernas contra la almohada y con ayuda de mis brazos también hacia que rozará bruscamente contra mi clítoris como si alguien encima mío hiciera pulsión. Recordaba el pene, el sonido del salpique del orine, el chorro golpeando la pared. Y sentía como si pronto fuera a caer ...