Nina Cap. XVII - Relatos Eróticos

Nina Cap. XVII

... meter como a mami?, ha, yo quiero también, él le contestó, - mi cielo, eres muy chica para que te pueda meter mi pinga dentro de tu conchita, además te va a doler muchísimo, - si pero según ustedes dicen, es solo un momento y yo puedo aguantar un poco de dolor, ¡por lo menos probemos!, ¿si papi?, ¿sí?, - bueno mi cielo, pero si te duele mucho me dices y me detengo ok, pero pensándolo mejor miremos si aguantas mi dedo primero ¿sí?, - bueno pues papi, - ven y ponte aquí en la orilla de la cama con tu culito al aire en forma de perrillo ósea en cuatro, como papi, Nina, ¡demuéstrale!, - así mi hija, pon las rodillas justo en la orilla de la cama y agacha tu cuerpo en la cama dejando el culito levantado en el aire y así papi tiene acceso directo a tu culito y a tu concha, ¿ves?, - si mami, - muy bien J, Chuck se arrodillo frente a ella y su cara quedo justo frente a la concha de J, se acercó y le pegó una mamada de culito y de concha que la dejó totalmente babeada de saliva, con su mano izquierda la colocó en la espalda de J y la aseguró duramente para que no se moviera y con la otra mano la puso en su boca mojando el dedo índice y luego lo colocó justo en la entrada de su concha diciéndole que separara sus piernas lo más que pudiera hizo que sus labios se separaran también y de esta manera seria más fácil la penetración, dándole un último lengüetazo a su concha podía yo ver como el dedo comenzaba a desaparecer dentro de la conchita de J y solo se podía oir los gemidos de J ...

... mientras el dedo penetraba hasta que los nudillos de papi tocaron los labios de la vagina de J, ella solo decía, ¡no dolió como tu decías! y con eso papi empezó a sacar y a meter su dedo en la concha de J, cuando lo saco, venía con muy poca sangre y procedió a insertar le dos y después tres, cuando el tercero entró si sintió lo diferente y si dio uno que otro gemido de dolor pero por muy poco ya que yo estaba acariciándole su clítoris y esto hizo que el dolor fuera mínimo, momentos más tarde los dedos de papi entraban y salían de su coño con mucha facilidad a lo que le dijo, - bueno mi cielo hoy si vas a saber lo que es tener una pinga en tu concha, colocando directamente frente a su concha y en la misma posición tomo su pinga que yo les digo que cuando mi hermano me cogió por primera vez la pinga de él no era de este tamaño, yo solo podía recordar esos momentos y como la gocé pero hoy mi chiquita sería destrozada por una pinga muchísimo más grande que la que me cogió a mí en ese entonces, papi puso su pinga justo en la entrada de su concha y yo continúe con el clítoris el cual estaba ya bien salido de toda la atención que estaba recibiendo y para poder minimizar el dolor que sentiría, la pinga comenzó a hacer su penetración y la cabeza separo los labios vaginales de J, solo había entrado la cabeza y la cara de J ya se miraba arrugada del dolor de tan masiva pinga que rompía sus entrañas, pero muy decidida para que se la cogieran, no decía absolutamente nada, poco a poco la pinga ...