1. Sorpresa de fin de vacaciones (2)


    Fecha: 02/10/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... miradas con evidentes ganas de revolcarme. "Eh, maricona, muévete y sóbate para que te vean bien y vean lo putona que eres", me gritó Nico. El grupo era acojonante. Grodi, el polaco, es un tío flaco, mayor, no muy alto, con gesto avinagrado y llevaba una fusta en la mano. El Mustafá, como le había llamado Andrés, es un marroquí de más de dos metros, muy oscuro, casi negro, un gigantón de unos treinta años y con una musculatura impresionante. El que llamaban el ruso es un tipo alto, gordísimo, debe pesar más de 130 kilos, de pelo rubio y de algo más de cuarenta años. Rafa era el mas normal, un tipo más o menos de la edad de Nico, pero mejor conservado, delgado. Y lo más acojonante era "el niño de Grodi", el pastor alemán más grande que he visto, puesto de pie sobre las patas traseras me saca un palmo. Yo obedeciendo al taxista me movía delante de ellos acariciándome los muslos, el vientre, las nalgas, el pecho. Estaba al mismo tiempo excitado y asustado, porque hasta para mí seis tipos salidos y el enorme perrazo era demasiado y no sabía hasta donde querrían llegar. - Venga, mi niño y yo empezamos aquí mismo, cuando le haya pasado por la piedra esta maricona ya tendrá el coño bien preparado para todos. No me dio tiempo a pensar a qué se refería, porque de pronto Grodi me dio un fustazo en las nalgas que me ardieron de dolor y me gritó: "¡Muéve más el culo puta!" Nico se echó a reir y me dijo: "Ahora sí que vas a saber lo que es la polla de un macho. La mía te va a parecer una ...
    ... dulzura". Allí estaban todos rodeándome y yo desnudo y excitado a tope, Grodi me dijo que me diera la vuelta y que me apoyara contra la pared de la nave y sacara el culo en pompa. Cuando lo hice me volvió a dar un fustazo en las nalgas. "¡Saca más el culo golfa! Y no te vuelvas para nada". Yo hice lo que me mandaba y oí como se bajaba la cremallera del pantalón, mientras el Mustafá se acercó con un tarro de vaselina y empezó a untarme el culo, metiéndome los dedos. Luego se apartó y se quedó con los demás mirando mientras Grodi, me agarraba las caderas con las dos manos. Lo que siguió después fue espantoso y seguro que no había nadie por los alrededores porque mis gritos, más que gritos eran aullidos de dolor. Noté que algo se apoyaba en mi agujero, ya abierto y encremado y me preparé a sentir la penetración de la polla de Grodi. Grodi agarró con más fuerza mis caderas y sentí que mi culo reventaba bajo la fuerza de algo exageradamente enorme. Grité, las lágrimas caían de mis ojos, pedí a Grodi que me soltara, pensé que me estaban metiendo una estaca de madera o una barra de hierro y vi en el suelo que de mi culo destrozado goteaba sangre. Grodi me mantenía inmovilizado y aquella monstruosidad seguía entrando dentro de mi. Me sentía mareado y oía las risas de todos los demás. De pronto, dejó de dolerme, era como si mi culo estuviera anestesiado. Aquella estaca o lo que fuera empezó a moverse rítmicamente hacia dentro y hacia fuera. Empecé a oir jadear a Grodi detrás de mí y ...