1. Historia del Chip (032) Besos - Irma 009


    Fecha: 02/10/2018, Categorías: Fetichismo Dominación Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... afluyendo y de las células recuperándose de la compresión tardaría un buen rato en desvanecerse. Soltó su mano derecha de la barra y buscó la cara de Lena, que no le facilitó la tarea. —Gírate de cara a la puerta, estoy detrás de ti— señaló con un susurro. Irma se giró cuidando de mantener una mano en la barra. En esa postura, la exhibición seduciría a un eunuco. El giro de caderas y pechos, el sutil bamboleo de las caderas y la exuberancia de la postura ofrecieron a Lena un aperitivo de lo que iba a ser su comida desde entonces. Irma trató de tocar sólo las orejas de su ama. No sabía que Lena se había tratado los lóbulos, pero al contrario que su esclava no sentiría el dolor. Irma se hubiera quedado horas así, jugueteando con los pendientes en las orejas de otra mujer, pero su postura era incomoda y los tacones matadores. Llevó su mano libre de nuevo a la barra. A pesar de sus largas horas con las manos en la nuca, esta postura le resultaba muy cansada. Llegó el momento de recibir. Las dos manos de Lena fueron a acariciar los lóbulos. Con ternura y sublime afecto le mostró a Irma lo mucho que la quería. —Ahora la esponja. Mantén las manos bien agarradas a la barra. Quiero que disfrutes tanto como yo. Cogió la esponja que había dejado al borde de la bañera y la llevó a la oreja derecha de su amante. Vigiló para que sólo tocase el lóbulo con ligereza. Irma no pudo evitar exhalar un suspiro. Lena cambió al otro lóbulo y observó la reacción, que fue parecida. Viendo a Irma ...
    ... preparada, llevó la esponja con rapidez a limpiar los hombros la espalda y los pechos bajando hasta la cintura. —Para, por favor. No puedo aguantarlo más— suplicó su conejillo de indias. Lena sonrió. —Cuéntame lo que sientes. —Lo sabes muy bien. Es como una enorme caricia. Como si miles de dedos eléctricos me estuvieran tocando a la vez. Sobre todo, cuando frotas y la deslizas con rapidez y suavidad. —Vale. Por hoy está bien. Pero si te quedas conmigo, en un futuro, la esponja será una de tus grandes amigas. Deberás acostumbrarte a ella. —¿De qué está hecha? — preguntó Irma, aliviada de no seguir comprobando el funcionamiento del artilugio. Mientras Lena se lo explicaba el agua helada surgió de nuevo y las limpió. —La esponja tiene unas pelusillas microscópicas. Resultaron difíciles de fabricar porque tendían a romperse. Entran en los poros y además de asearte, te masajean y te acarician. Ha costado una fortuna conseguir un diseño viable. —Pues van a ser un éxito. Te lo puedo asegurar. Me han puesto a cien. Necesito los pendientes de nuevo o… Lena la interrumpió. —O te excitarías demasiado. Lo sé. Sin mediar aviso, los pendientes volvieron a sus lugares predilectos. Irma, después de las caricias demoledoras, consideró las pinzas como artefactos del diablo. —Salgamos— propuso encantada Lena. Le cogió el hombro y pudo disfrutar del espectáculo de las largas piernas abriéndose y extendiéndose para evitar el borde de la bañera. Cogió una toalla y secó a Irma con cuidado, que a punto ...
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