1. Mari Carmen, una madre muy ardiente.


    Fecha: 05/10/2018, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... estuviera follando con un invisible y potente macho, despatarrada del todo, enseñandolo todo, pues está tan abierta de piernas que se le ve a la perfección el agujero del culo, además de su encharcada rajita. -¡Aaahh!¡AAAhhh!¡¡AAAhhhh!!¡¡Siiii!!¡¡Oooohhh…siii…ahhh…!!- gime y grita casi Mari Carmen, en la completa seguridad de que nadie puede oirla y que, en consecuencia, puede masturbarse a gusto y chillar de placer. Pero no está sola en la casa. Ni mucho menos. Su hijo Pablo ha vuelto del Instituto casi corriendo. No tenia clase a última hora, lo sabía con antelación, pero no ha dicho nada en casa. Su mente quiere ocultar la verdadera razón, pero de un modo silencioso, esa misma mente le dice que la razón está perfectamente clara : semanas atrás, cuándo su padre se marchó también de viaje, regresó a casa pronto, de modo inesperado. Subió a su habitación y luego decidió buscar a su madre, a la que, por cierto, no había visto. No le pareció raro, puesto que la casa era grande y podía estar en cualquier otra parte : el jardín, la cocina,…pero no. No estaba ahí. Pablo la buscó sin asustarse lo más mínimo. Y cuándo se acercaba a la habitación de sus padres, lo oyó. Oyó unos profundos y jadeantes gemidos, unos gemidos ahogados, que al principio no supo identificar. Un instante más tarde sí lo hizo. Había visto, a escondidas, algunas películas porno, y sabía lo que eran: eran gemidos de placer. ¿Estarían su padre y su madre haciendolo, haciendo el amor allí? Pero su padre se había ...
    ... ido al aeropuerto, a uno de sus viajes. Extrañado, levemente excitado por el sonido de sexo caliente que se filtraba a través de la puerta cerrada del dormitorio de sus padres, Pablo aplicó el ojo a la cerradura. Y lo que vio hizo que de pronto, sin previo aviso, su polla se pusiera dura, muy dura, màs dura de lo que nunca antes había estado. Porque allí, frente a él, fácilmente visible a través del ojo de la cerradura, se encontraba su madre. Estaba desnuda, tumbada sobre la cama. Estaba abierta de piernas y estaba…estaba…MASTURBÁNDOSE. Esta palabra surgió en su mente como un hierro candente y se le grabó a fuego. Le estaba viendo el sexo a su propia madre, un sexo jugoso y sonrosado, una raja muy abierta, con un juguetón dedo dentro que no cesaba de entrar y de salir, de entrar y de salir. Encima de la raja, una abundante pelambrera negra cubría la entrepierna de Mari Carmen. Y Pablo, avergonzado, rojo de turbación, notó que la polla se le ponia cada vez más y más dura, tan dura, que tuvo que sacársela del pantalón. Dedicó una larga mirada a su polla. Era grande, muy grande, y estaba endureciéndose a pasos agigantados…Se la agarró con una mano y empezó a hacerse una paja, mientras miraba a su madre. Su madre, que estaba desnuda a escasos metros de él, abierta de piernas, masturbándose, jadeando. Intentó varias veces dejar de mirar, dejar de masturbarse, pero no pudo. Siguió pajeándose hasta que vertió abundantes chorros de semen sobre sus manos, sobre sus pantalones, sobre ...
«1...345...12»