1. Una sumisa para mí


    Fecha: 07/10/2018, Categorías: Hetero Confesiones Autor: HolstCldrn, Fuente: CuentoRelatos

    Soy un tipo con suerte. Tengo que aceptarlo. Tengo una novia, Katherine, de hace dos años que es un sueño de mujer, al menos para mí. Un tez blanca porcelana, ojos verdes, esbelta, de pequeña estatura. Su pasión por el gym y los aeróbicos le han generado un cuerpo tonificado, unos senos paraditos y un trasero delicioso. Chiquito pero excelentemente formado. Agarrarla del trasero y penetrarla mientras se sujeta de mi cuello sigue siendo el cierre perfecto para una sesión de sexo. Su última costumbre sexual: le gusta es grabarnos mientras follamos e inmediatamente verla de nuevo como si fuera una repetición de su serie favorita! Sus padres están en casa la mayoría de las veces, pero este fin de semana en particular no estaban. Estamos solos a excepción de la empleada, doméstica o mucama, dependiendo de tu parte del mundo. Os explico un poco, la doméstica es en realidad la hija de la doméstica de hace muchos años de la familia. Los padres de mi novia, a pesar que ya no ocupan una doméstica que duerma en la casa, han aceptado los servicios de la hija para ayudarles económicamente. La doméstica original ahora cuida a la abuela de Katherine en otra casa. Esta nueva doméstica, Mireya, es dos año menor que mi novia, fueron amiga desde niñas pero a medida que crecieron se distanciaron y ahora no puedes encontrar personas más diferentes. Mireya es introvertida, callada, tímida. Físicamente es de tez morena, con unos kilitos de más, una mirada algo triste. Siempre viste de manera muy ...
    ... conservadora. Nunca me había llamado la atención hasta que hace unos meses. Un día de tantos que me quedé a dormir donde mi novia me desperté en horas de la madrugada, fui a la cocina por un vaso de agua y la vi vistiendo una tanga cachetera rosa y un top blanco de tiritas, desgastado por el uso. Sus pompas deliciosas, grandes se agitaban mientras ella se preparaba algo de comer. El cachetero le adornaba de manera perfecta su gran cola, incluso se veía pequeño ante la magnitud de esas nalgotas. Se volvió, me vio ahí de pie como estúpido mirándola, inmediatamente salió huyendo. No me dio tiempo de decir nada pero si me dio tiempo de notar sus pezones a través de su top. Unas oscuras aureolas y unos pezones negros y saltones. Todo o contrario a mi novia y sus deliciosos pezones rosa, su culito contorneado y firme. Volviendo al fin de semana que les comentaba mi novia gimió como perra toda la follada. Al terminar, brincó de la cama y empezó a reproducir nuestra follada a todo volumen. Yo me levanté, noté que el hielo desapareció dejando una pequeña poza de agua, me puse algo y salí rumbo a la cocina. Apenas abrí la puerta vi a Mireya, semidesnuda en un pequeño a unos tres metros del cuarto donde estábamos. Sus ojos cerrados, un seno descubierto y el otro en camino. Sus enormes pezones parecían que iban a atravesar la delgada fábrica de su top. Una de sus piernas estaba sobre el brazo del sofá para facilitar la masturbación que llevaba a cabo. Una tanga delgada estaba echa a un ...
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