1. Sin consentimiento


    Fecha: 08/10/2018, Categorías: No Consentido Sexo en Grupo Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos

    ... salíamos algunas tardes por el paseo del río, pero casi siempre nos volvíamos antes de llegar a una zona muy solitaria y llena de vegetación en la que era raro ver a alguien, les propuse que nos esperasen por allí el sábado sobre las seis de la tarde, yo convencería a ella de que siguiésemos el paseo un trecho más adentrándonos en esa zona. Así lo hice, me fue fácil llevar a mi mujer a dar un paseo por el río, a ella ese lugar le encantaba, con la excusa de orinar donde no hubiese nadie la convencí de andar un poco más hacia la zona más solitaria. Ya estábamos por el sitio convenido pero yo no veía a nadie, pensé que se habrían arrepentidos y que no vendrían, me salí un momento del camino para orinar junto a unos arbustos, mi esposa desde el camino me dijo en voz alta “date prisa, me quiero ir, y se acercan unos tíos que no me gustan, me parece que llevan la cabeza cubierta”, me imaginé que eran ellos y empecé a ponerme bastante nervioso, me estaba arrepintiendo y al parecer ya no había vuelta atrás. Salí al camino abrochándome la portañuela y vi a cuatro tíos que se acercaban corriendo hacia nosotros con indumentaria de deporte y las cabezas tapadas con unos pasamontañas que sólo les dejaban al descubierto los ojos y la boca, tres de ellos eran bastante altos y todos estaban muy fuertes. Mi mujer estaba bastante nerviosa, intentó salir corriendo pero uno de ellos la alcanzó de inmediato agarrándola del brazo. Alzando la voz dije “que cojones queréis”, de repente recibí un ...
    ... guantazo en la cara y uno de ellos dijo “oye gilipoyas, no eches cojones porque te los corto, andando para allá”, señalando a la zona en donde yo había ido antes a orinar; el más grande de ellos me agarró por detrás del cuello y otro agarró a mi mujer por el brazo llevándonos hacia la zona de los arbustos. “Poneros esto y no se os ocurra quitároslo si no queréis que pase algo chungo”, nos dijo uno de ellos mientras nos entregaban unos pasamontañas como los que llevaban ellos pero que tenían la zona de los ojos cubiertas. Mi mujer se puso a suplicar gimoteando “por favor dejadnos, por favor”, uno de ellos le dijo “si te portas bien os dejamos rápido, así que se buena mamándonos las poyas, mejor que te relajes y disfrutes y no te resistas”. Mi esposa todavía no se habría puesto el pasamontañas, porque mientras dos de ellos me acercaban a un árbol delgado pasando mis manos por detrás y me las ataban fuertemente, oí como ordenaban a mi esposa que se pusiese de una vez el pasamontañas, mientras me ataban yo hice la simulación de resistirme y me dieron otro guantazo mientras uno nos decía “no se os ocurra gritar que os parto los dientes a hostias”, mi mujer tuvo que ver el guantazo porque se puso a suplicar“ por favor no le peguéis más, haré lo que queráis”, en ese instante mi mujer se tuvo que poner el pasamontañas porque uno de ellos dijo: “bien, bájatelo bien que se te vea la boca y no se te ocurra subírtelo, porque si nos ves bien es cuando vais a tener problemas de verdad”; los ...
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