1. La muchacha


    Fecha: 13/10/2018, Categorías: Confesiones Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    Riiiinnngggg!!! Sonó el timbre aquella mañana, al otro día de que mis padres hicieran la solicitud de una limpiadora para la casa. -"Debe ser la muchacha, temprano se comunicó conmigo...!" -Exclamó mamá comentándole a mi padre, que leía el diario matinal, mientras mamá ya acudía a atender la puerta. Yo, imaginándome ya una señora mayor como nueva empleada limpiando toda la casa, seguí en mi atención ahí en la compu. La voz de mamá saludándola, y la respuesta que escuché en un timbre de voz totalmente jóven y de sonoridad tremendamente impactante, al instante me hizo dejar mi atención a lo que estaba atendiendo en el monitor, y, como accionado por un instinto de curiosidad dominante, salí corriendo hasta mi cuarto para, ubicándome escondido tras la persiana, observar a la dueña de aquella voz que era, precisamente... la muchacha que mamá había contratado. No podía creer yo, aquéllo que estaba viendo..! Era, una inmensa muchacha de unos veinte años, dueña de una exuberancia y belleza tal, que parecía como una de esas soberanas diosas del amor , vestida con una falda corta que mostraba sus gordas y anchas piernazas despampanantes y por demás sensuales, acompañada de una general belleza por donde se la mirara. Tetona... cuerpuda, alta, y con una simpatía y desenvoltura al hablar, que la mostraba como una muchacha completamente segura y seductora. Mamá hablaba con ella como si se conocieran de mucho tiempo, pero era producto ello, de aquella enorme capacidad comunicativa y ...
    ... confianza que aquella muchacha transmitía. Rápidamente mamá la hizo pasar, y ya, comenzó a enseñarle, toda la casa. Cuando me presentó a ella, yo… disimulaba mi despampanante erección, ocultándola con un trapo que ya había agarrado a esos efectos. Norka -que así se llamaba ella-, me saludó dibujando en su hermoso rostro una simpática morisqueta que ya, me dejó como anonadado mirándola con una expresión que perspicáz, supo ella captar. Sonrió...con disimulo pero anunciándome ya, que me había capturado en el pensamiento. Debí decir al comienzo, que mi edad entonces, era de 19 años. Modestia aparte, pero mi atractivo varonil, siempre fue motivo de admiración, entre cuanta fémina me veía. Además, dotado de una exagerada genitalidad, la cual era cosa naturalmente intuída por las mujeres que para éso… se pintaron siempre solas. En mi mente al instante, comenzó a funcionar ese pensamiento hacia aquella muchacha, que resumiéndolo en una frase, sería algo así como un..."Pero cómo voy a cogerte, pedazo de tremenda yeeeeguaaaa!!!" Norka, comenzando ya su labor y desempeñándose con una soltura impecable, iba y venía por toda la casa, como si allí hubiese nacido. Su simpatía y naturalidad era cosa desbordante, y, conmigo, rápidamente comenzó en un clima de afinidad amistosa, donde comenzamos a bromear y reírnos, como grandes amigos de toda la vida. Y en un desparpajo que sin dudarlo ni ella ni yo, comenzamos a derivarlo hacia cualquier zafaduría repleta de procacidades totales sin hacerlo ...
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