1. Marga, un fin de año distinto


    Fecha: 13/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Confesiones Autor: Gabriel351, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Gabriel, esta historia sucedió hace varios años pero para mí será inolvidable, por ella, por las circunstancias y por la fecha en que sucedió. Yo tenía 19 años, pero sentía una atracción especial por las mujeres maduras, cuando se trataban de mujeres sexy atractivas y dueñas de un buen físico. Nuestras casas compartían parte del fondo, Margarita reunía las condiciones para sentir deseos por ella. Era casada, tenía 42 años y un bocado sumamente seductor no solo físicamente sino en la manera de ser tal vez sin proponérselo todos se rendían a sus pies, pero no todos tenían acceso a ella. Marga (así le decíamos) tenía 1 hijo al que había tenido de soltera a los 15 años. A los 20 años vino a Buenos Aires y formó pareja con un taxista que vivía más tiempo ebrio que sobrio, y los rumores eran que ella salía con otros hombres. Yo hacía tiempo le tiraba algunas indirectas, y por momentos me sentía extrañado porque ella se mostraba, cambiante… volátil, por momentos al piropearla, a ella le agradaba, pero cuando intentabas acercarte a ella se comportaba como un témpano de hielo. Tenía cintura pequeña, algo de pancita que le daba naturalidad a su cuerpo. Con pollera o en pantalones sus caderas y nalgas eran sumamente apetecibles y tentadoras con un provocativo movimiento natural lo suficiente para no poder quitarla de la cabeza, pero su mayor atractivo radicaba en sus increíbles senos, si bien era gordita también era muy curvilínea media 1,67 m., y sus medidas eran 98 -71 ...
    ... -96. Era 31 de diciembre iba a pasar la fiesta solo, con vecinos y salí a hacer compras de último momento, al llegar, mi teléfono estaba sonando, atendí y se escuchó la voz de Marga diciendo: M- Gabi… me quedé sin luz, conecté la planchita del pelo y se apagó todo G- Si en dos minutos voy para allá. Cuando llegué y ella abrió la puerta, creí morirme, mis ojos se desorbitaron al verla, Marga estaba con su cabello largo suelto y un enterito corto y muy ajustado, estampado imitando flores de colores, rosa, rojo pálido, verde agua, amarillo, y celeste, pero eso no era todo, casi rodas sus bonitas piernas estaban al descubierto y el escote pronunciado dejaba asomar buena parte de sus senos. Arreglé los fusibles y le arregle la plancha del pelo y dije: G-Bueno ya está M- Gracias Gaby, sos mi salvador G- No gracias a vos M- ¿A mí?... ¿Por qué? G- Y por haberme recibido así, ese enterito te queda hermoso, estas para comerte a besos M- Mira si te escucha mi marido o mi hijo… bah… mi hijo, no creo que Tito se ponga celoso o se enoje si me piropean G- Y bueno es cierto eso de que Dios le da pan a quien no tiene dientes M- Nos vemos, después de las 12? G- Por supuesto, nada mejor que empezar el año viendo y dándole un beso a la mujer más bonita del barrio. La conversación se cortó ahí tocaron el timbre, era una sobrina que llegó para saludarla, pero antes de hacerlo ella medió un beso en la mejilla que casi besó la comisura de mis labios A partir de ahí no me pude sacar a Marga de la ...
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