1. Cautiverio: día 1


    Fecha: 13/10/2018, Categorías: BDSM Sexo Duro Tabú Autor: coleccionista, Fuente: xHamster

    Lo primero que sintió Samanta al despertar fue el sabor de la sangre mezclada con polvo en la boca. Estaba de boca al suelo, pero no recordaba cómo había llegado ahí. Lo último que recordaba es que había ido al cine con tres amigos: Lorena, Ximena y Cristóbal. Estos últimos eran pareja. Y luego… todo era borroso.Lo segundo que sintió fue un dolor en la cara seguido de una sensación de hinchazón en su mejilla. Intentó decir algo, pero las palabras solo se transformaron en leves balbuceos sin sentido y unos cuantos quejidos, no pudo evitar que un hilo de saliva saliera de su boca. La consciencia volvía con lentitud a ella.Lo tercero que sintió fue lo peor, y lo que le hizo entender un poco más lo que ocurría. Cuando intentó levantarse sintió el cuerpo muy pesado, algo ejercía una fuerza opresora sobre ella. Y no solo eso, aquello que la oprimía se movía bruscamente sobre su cuerpo, le hacía daño. Cuando se intentó apoyar en el suelo con sus brazos, unas manos grandes y pesadas la sujetaron y los llevaron nuevamente contra el suelo, y luego escuchó un leve susurro que sonó agitado. No lo pudo entenderlo.Casi al instante otro dolor cobró vida en su cuerpo, uno mucho peor que el de su cara, mucho más desesperante y profundo. En su entrepierna algo ardía, como si le enterraran un fierro al rojo vivo. Todo estaba mal, muy mal, alguien le estaba haciendo daño y ella no podía hacer nada. Sollozó al principio, pero cuando el enorme hombre que la tenía contra el suelo dejó de ...
    ... embestirla y la dejó libre ella lloraba silenciosamente.Una vez libre inmediatamente lo que hizo fue llevarse una mano a su entrepierna y se comenzó a sobar, aunque el dolor no disminuía, intentaba entender lo que sucedía pero su adormilada mente aún no podía hilar todo lo que sentía. Se sorprendió al descubrir que sus pantalones estaban bajados hasta las rodillas, dejando expuesta la piel desnuda de sus muslos, nalgas… y su vagina, la fuente de su dolor. Al palparse esperaba encontrar algo enterrado, pues eso era lo que sentía ahí, ardiéndole aún, sin embargo, no encontró nada ahí. Todo parecía normal, excepto que al palparse aún más abajo encontró que la estrechez de su virginidad había sido rota, destrozada, y en su reemplazo había un pequeño agujero ardiente. Aquel hueco era la fuente del dolor, se tocó más, viendo que tan grave era, pero el dolor era intenso y muy profundo. Un líquido espeso y caliente salía desde dentro.Lentamente se volteó, sintiendo un gran mareo. Pudo al fin notar lo terrorífico de la situación. Lo peor del lugar donde estaba era que no podía verlo, se encontraba en el centro de un círculo de luz que provenía del techo, todo lo demás eran sombras. En el círculo también estaba el hombre que había estado sobre ella.Era gordo, de extremidades gruesas, “con razón no podía moverme”, pensó Samanta; y estaba desnudo, su pene semi-erecto goteaba. Eso fue lo que le hizo entender finalmente a Samanta, finalmente su mente empezaba a despertar, y deseó que no hubiese ...
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