1. Ironía por duplicado


    Fecha: 13/10/2018, Categorías: Anal Sexo en Grupo Autor: EvaManiac, Fuente: xHamster

    ... conseguir bajárselo hasta las rodillas me agaché frente a él. Me remangué la falda por la cintura dejando mi vulva mojada a la vista, me acurruqué en cuclillas abriendo mis piernas casi al máximo y arranqué de su slip el miembro erecto. Salió de forma abrupta y me golpeó en la cara. Estaba ya muy dura, pero yo sabía muy bien que eso podía ponerse aún más férreo.“Empieza a chupar Eva, que estoy muy cargado y quiero llenarte de leche”.Caramba, no podía permitir que me manchara otra vez el pelo, la cara y la ropa con su raudal de esperma espeso y blanquecino. Ya sabía lo que era eso, y ahora estábamos en un lugar público. Tendría que inventarme algo para no delatar mis prácticas furtivas a 10 metros de mis amigas. Le agarré como pude ese cilindro moreno y lleno de rugosidades y me lo llevé a la boca sin más contemplaciones. Noté cómo se endurecía más y más dentro de mi cavidad bucal mientras él ayudaba la incursión con pequeños movimientos atrás y adelante para follarme, primero lentamente, y después con más deleite. Yo no transigí en esa efusividad e iba pausando sus embestidas con mi propia mano, marcando un tope de profundidad dentro de mí.“Joder, menuda boca, tía. No pares hasta que te avise”, me ordenó.Mientras pajeaba ese cipote con mis labios y frotaba el émbolo con mi mano, notando su excitación y escuchando sus gruñidos, yo miraba hacia arriba esperando un gesto definitivo en su semblante, una mueca que revelara su siguiente paso. Y a la vez pensaba cómo iba a asumir ...
    ... sus borbotones sin que se formara un cuadro imposible de disimular frente a la concurrencia. Pero no tuve mucho tiempo para reflexiones.“Me va a salir ya Eva”, susurró entre varios resoplos.Pensé que lo único que podía hacer en ese momento era acelerar mis movimientos, permitir algo más de profundidad en mi garganta y dejar que descargara todo su engrudo dentro de mí. Noté repentinamente cómo una primera descarga salía de la verga hinchada y recorría mi gaznate hacia mi estómago. Sus gemidos eran los propios de un tío eyaculando al máximo de sus posibilidades. Cerré los ojos y permití que siguiera liberándose en mis entrañas bucales, pero la cantidad de crema era superior a mis tragaderas, y enseguida noté cómo se me iba llenando la boca con aquella leche espesa que no podía engullir. El efecto embudo desembocó irremediablemente en una arcada vomitiva que me apremió a apartar esa polla embutida a un lado y escupir en el suelo todo aquello que no pude asimilar. Aún tenía su miembro agarrado con mi mano y mi cabeza agachada me ayudaba a liberarme de la inmensa corrida.“¡Mira que eres puta! Vaya forma de tragar, nena”.“Vete a la mierda, capullo. Casi me ahogo”. Estaba muy cabreada.“Me llevo tus bragas. Si las quieres ven a casa el miércoles a las siete y te daré tu regalo”. Espetó sosegadamente saliendo del lavabo, antes de que yo pudiera decirle nada más.En ese momento solo me importaba recuperarme y acicalarme lo mejor posible para no levantar sospechas a nadie de lo que acababa ...
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