1. Entrega total (capítulo 2)


    Fecha: 14/10/2018, Categorías: Dominación BDSM Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... derecho a determinar cuando otros pueden usar su cuerpo y en que forman lo usaran. La sumisa no tiene derecho de elección sobre otras parejas. 7.0. Alteración del Contrato de Sumisión. El Contrato de Sumisión no puede ser alterado a menos que ambas partes estén de acuerdo. Si el Contrato es alterado el nuevo se imprimirá y será firmado, y el viejo Contrato será destruido. 7.0.1 Terminación del Contrato de Sumisión: este contrato no puede ser rescindido unilateralmente por parte de la sumisa. 8.0. Firma de la Sumisa Marta García. He leído y comprendido este Contrato de Sumisión. Estoy de acuerdo en entregarme por completo a mi Amo, acepto cualquier reclamación sobre mi cuerpo, corazón, alma y mente. Comprendo que seré dominada, entrenada y castigada como sumisa y prometo cumplir todos los deseos de mi Amo y servirle con lo mejor de mis habilidades. También comprendo que no me puedo retractar de este Contrato de Sumisión en ningún momento. Firma: Fecha: 8.1 Firma del Amo Francisco Owner. He leído y comprendido completamente este Contrato de Sumisión. Estoy de acuerdo en aceptar esta sumisa como mi propiedad y en tal sentido usarla cómo yo quiera. Cuidaré de su seguridad y bienestar y la dominaré, entrenaré y castigaré como sumisa. Comprendo la responsabilidad implícita en este acuerdo y estoy de acuerdo en todo. Nada dañara a mi sumisa mientras me pertenezca, excepto yo o la persona que yo autorice. También comprendo que me puedo retractar de este Contrato de Sumisión en ...
    ... cualquier momento. Firma: Fecha: Cuándo regresaron de El Rastro y de compras por el centro de Madrid, Paco se sentó frente al ordenador y empezó a investigar sobre una idea que había tenido: hacer firmar a Marta un contrato que la vinculara a él definitivamente. Comprobó que su idea no era ni original y excepcional. Encontró decenas y decenas de formatos y adaptó este porque le pareció el más estricto. Mientras lo preparaba, Marta permanecía acurrucada en el suelo a sus pies cómo si fuera una perrita. De vez en cuánto, bajaba la mano y la acariciaba la cabeza y ella se la besaba complacida. También descubrió que hay diferencias sustanciales entre una sumisa y una esclava. No tenía la más mínima duda de que Marta era una esclava a tiempo completo y en cualquier tipo de circunstancia, pero veía un problema legal en plasmarlo en un documento y por eso utilizó la palabra “sumisa”. Cuándo terminó de prepararlo, se sentó en el sillón con el documento y ordenó a Marta que se arrodillara entre sus piernas. Antes de dárselo a leer, la metió la polla en la boca y es que a pesar de que solo hacia unas escasas veinticuatro horas que la tenía con él, le encantaba sentir su polla en la boca de Marta y le atraía poderosamente la imagen que ofrecía. También se dio cuenta de que por la vagina solo la había penetrado una vez, y fue al estilo perrito, pero ni siquiera se corrió: tenía las cartucheras vacías. Quería follarla cómo Dios manda, cara a cara en la posición del misionero. Quería ver las ...
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