1. x) José y yo, yo y José


    Fecha: 15/10/2018, Categorías: Gays Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Continuación de: El huerto de papá Los dos íbamos muy excitados y jadeando por la carrera subiendo las escaleras, entramos en mi habitación y José se dejó caer en la cama arrastrándome en su caída. -¡Joder! Alonso, las ganas que te tenía. -se abalanzó sobre mi besándome poseído por el deseo, pensé que quería violarme por lo apasionado que estaba. -Eres lento para decidirte hermanito, me tenías para ti en cualquier momento, bésame, ahora me tienes a tu disposición, haz de mi lo que desees. -le gustaba besar y lo hacía con muchas ganas, quería sacar toda su pasión, besando y lamiendo a su hermanito mayor, estaba hambriento y me iba a comer. -Que rico besas pequeño, cómeme la boca, tómame hermanito. -su calentura me ponía a mil, me acariciaba el pecho desnudo y frotaba el suyo lleno de vello con el mío limpio y delicado, me sobaba el pene por encima del pantalón y no dejaba de besarme la cara, el cuello, y meter la lengua en mi oído como si estuviera poseído. -Eres como una chica Alonso, tu piel es delicada, deliciosa y tus tetitas me saben ricas. -me mordía las tetillas y las chupaba querido extraer lo que no podían contener. Por mucho que ellos me vieran como una chica tenía un pene y no una vagina. Quería una guerra de lenguas y me la empujaba con la suya provocador y yo le atendía, metía la mía en su boca donde me la chupaba dejándomela seca, me perforaba la boca con la lengua metiéndola hasta el fondo abriendo mucho su boca y obligándome a que yo también lo hiciera. Cuando ...
    ... él me la daba se la aspiraba con ganas exprimiéndola como si fuera un caramelo ácido, y se la mordía para provocarle. Con las bocas bien abiertas, cubriendo la una a la otra, y besando fuera y dentro no dejábamos de saborear nuestra saliva. Nos mordíamos los labios llevados de nuestro delirio. Pasó de mi boca a la cara, a las orejas y el cuello, aquí comencé a gemir, era un lugar tan delicado, tan sensible para mi. -¿Te gusta? Dime cuando algo te agrade. -No me dejas José, solo puedo gemir mi amor, eres genial hermanito, sígueme besando. -me abrazó con fuerza uniendo los pechos a la vez que me comía las orejas y yo le hacía lo mismo. -Desnúdate, quiero tenerte sin ropa. -rápidamente me quité el pantalón y el slip quedando como él quería, él hizo lo mismo. Miraba su hermoso cuerpo de joven macho, húmedo por el sudor, oliendo a hombre viril. Y comenzó a acariciarme las nalgas, y le detuve. -Quiero ver como te ha quedado la polla, déjame verla. -la tenía dura y tirando líquidos que le salían del prepucio que cubría el glande, se lo bajé y lo lamí para que sus jugos no se perdieran, me sabían ricos. Su prepucio se corría sin problemas, no se le notaba el corte en el frenillo, era un pene precioso y sabroso que lo volví a chupar engolosinado con él. -Déjame la verga, no me quiero correr Alonso, te la quiero meter en el culo. -comenzamos a besarnos más despacio para no terminar antes de tiempo, sobando con placidez cada rincón de nuestras anatomías, besándole la axila con sus pelos ...
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