1. RELAJANDO A LIAM


    Fecha: 15/10/2018, Categorías: Gays Autor: J2939, Fuente: SexoSinTabues

    ... era obvio. -No estoy muy seguro… pero… -Pero te da morbo mi ofrecimiento, Liam. ¿Vamos? Ambos nos levantamos de la mesa. El tramo hasta el hall del ascensor del hotel y después hasta mi habitación fueron minutos interminables para mi compañero de trabajo que se secaba el sudor de la frente y de las manos e intentaba mantenerse sereno. -En cualquier momento puedes echarte atrás –comenté, con la esperanza de que no lo hiciera pero de que se tranquilizase. -Le voy a ser infiel a mi mujer. Es una decisión… difícil. -Lo sé. Pero lo más importante es que si te vas a arrepentir, no lo hagas –le advertí, porque de no hacerlo me decepcionaría, pero prefería eso a complicarme la vida en el trabajo por una mamada, por muy gorda que tuviera la polla Liam. Llegamos a mi habitación, abrí la puerta y pasamos dentro. Liam se quedó en pie como un pasmarote. -Ponte cómodo, Liam. Y no estés nervioso. -Vale –dijo, más tenso todavía. -¿Qué hago? -Pues… -miré a mi alrededor, soltando la americana sobre una silla y desabotonándome un par de botones de la camisa. –Descálzate y siéntate en la cama con la espalda apoyada en el cabecero. Rápidamente, Liam se quitó los zapatos y me obedeció, sentándose sobre la colcha de la amplia cama. Yo le sonreí y él carraspeó. -Tranquilo, vale –dije, arrodillándome sobre la cama y acercándome a él. -Despacio. Estoy muy nervioso –pude ver perlas de sudor en su frente. -Claro. Siempre despacio. Si quieres que pare, dilo –y él asintió mientras yo posaba lentamente ...
    ... mis dedos sobre la hebilla metálica de su cinto y la desabrochaba, haciendo caer ambos extremos del cinturón a cada lado. Después manipulé el botón, que cedió sólo y comencé muy despacio a bajar su bragueta. -¡Joder! –se enjugó el sudor de la frente. Liam parecía estar pasando un mal trago y estaba pálido como la cera, aunque bien sabía que aquello se le pasaría en cuanto le diera el primer lametón en el rabo. El caso es que allí dentro, tras la tela de la camisa y del bóxer, parecía notarse un importante bulto. Retiré la camisa y aparecieron unos boxers de media pierna, de rayas azules y blancas. Liam volvió a carraspear. -¿La sacó? –pregunté, con las puntas de mis dedos sujetando la goma del calzoncillo. -No lo sé –comentó exasperado-. Pero si lo haces, hazlo ya. Así que respiré hondo y tiré hacia atrás de la goma, dejando totalmente al descubierto una salvaje maraña de vello púbico castaño y brillante y un cipotón morcillón y de considerable tamaño. -¡Me cago en la puta! –exclamé, asiendo la cintura del pantalón de Liam y dando un fuerte tirón que se lo bajó hasta medio muslo, con lo que dejé al aire sus huevazos peludos y sus tiernos y voluminosos muslos. En seguida comencé a manipular su rabo con una mano y sus bolazas de carne con la otra. Liam suspiró fuertemente, pero ya estaba todo hecho. Se estaba dejando manosear por mí. Su virilidad palpitaba en la palma de mi mano, entre mis dedos, y además engordaba por momentos, volviéndose superlativamente gorda, monstruosa, con ...
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