1. El perrito de mi amiga Julia


    Fecha: 15/10/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... Argos se levantó y montó sobre mi espalda, sujetándome con sus patas delanteras.Agaché mi cabeza y miré entre sus patas, donde pude ver su gruesa punta roja asomando fuera de su capullo peludo. Tuve miedo por su tamaño, pero pensé que si me resistía, tal vez el perro así alzado pudiera morderme.Sentí que movía sus caderas tratando de penetrar alguno de mis dos orificios…Un dolor intenso y repentino me indicó que finalmente Argos me la había metido por el culo. Se quedó quieto unos segundos y luego comenzó a bombearme en rápida sucesión, con embestidas furiosas y violentas.Comencé a gritar de dolor como una loca; su verga realmente me estaba lastimando; pero no podía hacerle entender eso al pobre Argos. Yo había provocado la situación y el bicho solamente había seguido sus instintos naturales.Pensé que me había desgarrado el culo, pero unos instantes después, el dolor por suerte dejó paso al placer. Comencé a gemir, sintiendo esa enorme verga colorada entrar y salir de mi ahora dilatado ano…Sus caderas golpeaban mis nalgas, a la vez que con cada embestida me iba metiendo cada vez más y más su larga verga…Me abandoné al placer y dejé caer mi cabeza sobre la alfombra, quedando mi culo erguido en el aire y ese noble bicho taladrándome el culo frenéticamenteDe pronto sucedió lo que yo ya me imaginaba: aumentaron sus embestidas, golpeando cada vez más violentamente contra mis nalgas y mi esfínter terminó vencido por esa bola que tienen los perros en el medio de la verga.Argos se ...
    ... detuvo repentinamente y me pareció que alcanzó su pico de placer, ya que un gemido lastimero salió de su garganta, a la vez que yo sentía un verdadero río de semen inundando mi recto…Luego de ello intentó retirase, pero le fue imposible: habíamos quedado abotonados con esa bola gruesa aprisionada entre las paredes internas de mi ano…Yo presentí que iba a tener otro orgasmo vaginal, que resultó tremendamente placentero, mientras Argos seguía derramando su semen en el fondo de mi recto…Estuvimos casi media hora en esa misma posición, abotonados sin poder despegarnos ni un solo milímetro, mientras el bicho continuaba llenando mi culo con su semen caliente. Finalmente Argos se relajó y sentí que tiraba hacia atrás, tratando de despegarse. El vacío que sentí mientras se retiraba, estuvo a punto de provocarme un nuevo orgasmo.Argos volvió a acostarse en la alfombra, mientras se lamía su verga colorada, ahora manchada con su semen y mis fluidos.Coloqué un pequeño espejo entre mis muslos para ver cómo me había quedado la entrada anal. Me asusté un poco, estaba muy dilatada y enrojecida, además de seguir dejando escapar una cantidad increíble de semen.Jamás un hombre me había hecho disfrutar así del sexo anal; ni siquiera Víctor con toda su experiencia y sus rabiosas ganas. Realmente Argos me dejó enloquecida.Volví a hacerme sodomizar por Argos en otras dos oportunidades, aprovechando siempre las ausencias de Víctor.Unos días después de devolverlo a su legítima dueña, Julia me llamó ...