1. Cuñada supercachonda


    Fecha: 15/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi cuñada es una mujer que no está nada mal: debe medir 1.57, es delgadita, pero con unas tetas muy generosas para su constitución física, y un culito pequeño, pero redondo y respingón, aunque tiene 47 años, viste moderno y con cierto look de tía con pasta. Es bastante morena y el pelo, más bien corto, teñido color caoba, le da un aire muy interesante, y cierto morbo. Mi cuñada está separada, es profesora, y solemos coincidir en fiestas, comidas, cenas y en verano en la playa, me encanta verla en bikini y pasear con ella por la playa. Observo que los hombres( en general con independencia de la edad) se fijan con frecuencia en ella y no me extraña, pues a mí, a mis 35 años, su bikini rosa y su piel bronceada, me resultan muy atractivos y sexy. Hace dos meses, mi mujer tuvo que pasar una semana por motivos de trabajo en el extranjero. El sábado yo me encontraba solo y muy aburrido, espontáneamente, me encontré llamando a mi cuñada e invitándola a cenar. Ella, al principio, me dijo que tenía que corregir exámenes y que no le venía bien, le insistí con el argumento de una invitación en un excelente restaurante, parece que el asunto surtió efecto, pues aceptó, quedamos en que pasaría a recogerla por su casa a las 8.30. Timbré y me dijo por el telefonillo que subiera, que estaba a punto de terminar de arreglarse. Me abrió la puerta, estaba estupenda: botas de tacón, unos pantalones claros, como de piel de serpiente, cuando se giró, advertí el inconfundible triangulito de un tanga ...
    ... en su trasero, una camisa negra con algo de transparencia, en definitiva, estaba súper-cachonda. Me dijo que se estaba acabando de arreglar, que la esperara en el salón, me senté, encendí un cigarrillo, y encendí la música, sonaba una canción de Alejandro Sanz, apagué el cigarrillo y me dirigí al baño, donde ella se estaba maquillando, le dije. "Cuñada¿ te gusta esta música?". Me acerqué y me vio reflejado en el espejo, me coloqué tras ella, tomando su cintura y bailando. Para tener 47 años, tenía un cuerpo tentador, delgada pero con curvas. Ella se rió, tomé su mano y le quité el colorete, con el que se maquillaba sus mejillas, ella se reía. La giré hacia mí bailando, nos miramos, ella me miraba como sorprendida, pero, afortunadamente para mí, no enojada ni enfadada. Acaricié su pelo color caoba, mientras, ya ella, se animaba a acompañarme en el baile, y acerqué a mi cuñada contra mí, mientras nos mirábamos le sonreí, acaricié su pelo y la besé, nuestros labios jugaban, mis manos en sus nalgas, las apreté contra mí, y empezaron nuestras lenguas a buscarse, y nuestras manos a buscar el cuerpo del otro. Besé su cuello y su boca, empecé a desabrochar su camisa, mientras ella acariciaba, ya abandonada también al deseo sexual, todo mi cuerpo. La cogí de la mano y la llevé a su dormitorio, y mientras nos besábamos, sentados en la cama, le metí mano por sus piernas, su trasero, sus tetas. Le quité el pantalón, mientas le decía que ella me lo quitara ahora a mí. Después me desabrochó ...
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