1. La guarra lasciva y morbosa de la web porno


    Fecha: 18/10/2018, Categorías: Confesiones Anal Autor: tanga_de_tarzan, Fuente: CuentoRelatos

    Después de haber estado chateando lasciva y libidinosamente con una procaz y vulgar madura en celo y mandarnos mas de mil lujuriosos mensajes pornográficos, decidí pasar a la acción y tantearla y ver de quedar con ella para lograr echar un concupiscente polvo y ver si era tan guarra y lasciva como me soltaba en sus concupiscentes mensajes. Dicho y hecho, logré ese tanteo y conseguí lo que buscaba. Me vestí como un actor porno de peli porno, me "entoligué" mi mas libidinoso tanga sexy, me vestí como un auténtico chulazo para darla morbo y me perfumé con impudicia para que ella al olerme le ardieran las bragas o el tanga. Hablamos de quedar en una conocida discoteca para gente de nuestra edad de como iríamos vestidos. Yo había llegado cinco minutos antes de la hora acordada para ver como iría ella. Mientras esperaba, degustaba un whisky solo "on the rocks". Al llegar ella, supe que era la fulana con la que yo había quedado en ese lúbrico garito infecto y nauseabundo, pues ella vestía como una basta y vulgar fulana barata. Tenía unas gordas tetas que destacaban mucho y un prominente trasero que realzaba su figura de guarra buscona. Llevaba el pelo largo de color teñido morado pálido y eso me puso nervioso pero impúdico y vestía una mini falda y una blusa muy ceñida que resaltaba todo su gordo tetamen y que terminaban en unos erótico zapatos de tacón de aguja del mismo color morado pálido. Yo, muy solícito, me dirigí raudo hacia ella, pues sabía que era mi cita — ¿tu debes ...
    ... ser Natalia? — inquirí — y tu Lorenzo, ¿no? — afirmó ella La llevé de la mano como si fuéramos amigos de toda la vida y los hombres que por allí habían, babeaban de envidia al ver la guarra que yo había seducido eróticamente. Yo estaba brutalmente empalmado, pues la guarra con la que estaba charlando tenía una desvergonzada y obscena pinta de ramera que me estaba embelesando y embobando. La conversación que tuve con ella iba por los cauces eróticos y libidinosos que yo esperaba, pues la cita era puramente sexual y en eso habíamos quedado desde el principio. Natalia se dio cuenta de la tremenda y formidable erección que yo tenía y a la muy golfa y ramera le brillaban lujuriosamente los ojos de concupiscencia e impudicia y de vez en cuando me guiñaba un ojo lascivamente y me lanzaba descarados besos. Ya no esperé mas y me acerqué lentamente a su oído para declararla que si habíamos quedado para follar era el momento idóneo para salir de aquel antro repugnante y libertino. Dicho y hecho, nos pegamos un morreo con lengua, un par de mutuos magreos y salimos con un mutuo precalentamiento que nos vendría perfecto para follar en su apartamento. Al salir de aquella fétida pocilga de fulanas y cabrones, pedí un taxi, pues había una parada y nos adentramos en el primer buga que había listo. Le comunicamos al taxista la dirección, puso el "aparatito" en cuestiónMientras íbamos hasta el lugar donde follaría a esta puta puerca de Natalia, nos metíamos mano desaforada y muy frenéticamente, ...
«1234...»