1. Secretos y confidencias en la cala nudista


    Fecha: 18/10/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: DolceCaroline_, Fuente: CuentoRelatos

    ... viril quedó manchado por los cálidos flujos vaginales de Carmen. Sin mover apenas su cuerpo, acomodó su mano derecha con la cinta en el pecho de él y su boca cruel le besó lentamente por el cuello iniciando pequeñas subidas y bajadas pélvicas, Él buscó sus labios y los devoró como si hiciera meses que no probaba nada. Los dos eran ardientes e impulsivos tasaban perfectamente. Contemplaban sus cuerpos y la expresión de sus rostros mientras copulaban. El placer y la sensación que desencadenaba introducirse a alguien desconocido les resultaba muy excitante a ambos, su complicidad era extrema pese a terminarse de conocer. Estaban muy sudados, pero les daba completamente igual. Cada vez traspasaba más rápido y fuerte a Carmen, quien no cesaba de estirar la cinta cuando notaba que él se aproximaba al final del coito. Ascendía su mano izquierda por el definido abdomen y peinaba a contrapelo sus costillas. —No puedo más, no sé qué me está pasando, pero me muero de gusto. —Un poquito más, niño, yo también voy a terminar ya. Carmen con esa técnica favorecía la excitación y mantenía controlada la erección de Vicente, pero su clítoris pedía a gritos correrse. El acto era sumamente placentero, por la acumulación de sangre en los cuerpos cavernosos. Carmen no podía dejar de mirar su brazo que parecía el altar de una iglesia. El juego estaba terminando, estiró por última vez la cinta, se entregó al máximo dando saltos sobre su prolongación ahorcada sintiendo la mirada ansiosa de Vicente, ...
    ... su lengua mojando los pezones. Escuchaba su respiración jadeante, fatigada, cerró los ojos y soltó la cinta liberando el miembro masculino e incrementando de este modo su sensibilidad, alcanzando este un placer más intenso. El pene volvió a su estado natural y ella alcanzó el orgasmo rozando la gloria y gritando descomunalmente. Vicente en menos de un minuto eyaculó de manera espectacular, sorprendiéndose por la cantidad de semen descargado. Carmen se apartó y él enfocó hacia el piercing de su pecho. —Toma te lo regalo para que recuerdes la experiencia. –Decía como si hubiese montado a una atracción en un parque temático. Soltó el nudo, se lo colocó en su pecho y siguió masturbándole para que sacara más semen. —Ajjjjj, me muero. ¡Qué rico! ¿Recordar? ¿Pero no vamos a vernos más? No me digas eso, mi niña, mira como me tienes. —Me lo voy a pensar –Dijo con una sonrisa descarada. —Por mí, cuando quieras, soy todito pa´ti. Me ha encantado. —Y a mí, tonto, ¡Ufff que me muero de calor! —Venga, vamos a darnos un bañito que tengo que limpiarte lo que te he tirado. —Bueno… será si me pillas. –Fue lo último que dijo Carmen y echó a correr mar adentro. Vicente se levantó como pudo y corrió tras ella. Cuando la alcanzó, la besó y Carmen le abrazó durante unos minutos. Siguieron jugando a correr y pillarse, parecía que tuvieran catorce años. Salieron del agua muy satisfechos y boyantes, la cinta roja ahora ocupaba la muñeca de Vicente. Él se quedó tumbado en su toalla apuntando el teléfono ...
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