1. Un cambio radical en mi vida (5): Mientras alguien nos mira


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Confesiones Sexo con Maduras Autor: Sandrita, Fuente: CuentoRelatos

    Al entrar en mi casa me apresure a ir a mi cuarto, me quite la ropa y me acosté rápidamente, no podía creerme en que me había convertido ¿cómo había acabado siendo la puta de mi vecino en un trastero? ¿Engañando a mi novio con un gordo de casi 50 años? No podía creérmelo… notaba mi coño palpitando, me dolían las piernas, me notaba usada… estaba totalmente satisfecha. Pero lo que más morbo me daba era esa enorme polla, esa sensación de dominación que sentía con Manuel, en un día no se ni como me uso y convirtió en su puta dos veces, me llenó la boca de semen dos veces (cosa que nadie me había hecho) aun notaba su sabor en mis labios… esa noche había descubierto que me encantaba ser una zorra y decidí no reprimirme más. Al día siguiente madrugue como casi todos los días para ir a clase, después quede para comer con Rodrigo, no quise contarle nada, sería mi secreto, además a el también le vendría muy bien mi nueva “afición”. A eso de las 16:00 llegue al garaje de mi casa en mi coche, tenía que estudiar ya que el viernes tenía un examen. Al bajarme del coche me encontré a mis vecina, Lucia. Me puse muy nerviosa y apenas podía mirarla a la cara después de haberle comido la polla a du marido… ella por supuesto no sospechaba nada gracias a dios. Subimos juntas en ascensor y le comente que esta semana no podría quedarme con su pequeño porque tenía un examen importante (también así apartaría tentaciones dentro de su casa respecto a su marido) me dijo que no había problema ya que ...
    ... tenía unos días libres y estaría en casa, me dispuse a salir del ascensor para entrar en mi casa y me despedí de Lucia, cerré la puerta y suspire… me fui a mi cuarto para estudiar toda la tarde. Llevaba ya un par de horas estudiando cuando me tome un descanso y decidí hacerme un porro, me tumbe en la cama y me relaje un rato. Al cabo de un rato recibí un whatsapp, era Manuel, lo abrí con curiosidad ya que no habíamos mediado palabra desde la noche anterior cuando habíamos tenido nuestro tórrido encuentro. El mensaje ponía: “a las 20;30 te espero en el garaje, tenemos que hablar” Me sonaba raro y a la vez morboso… pero llevaba razón, teníamos bastante de lo que hablar así que acepte la cita, me fui a dar una ducha para refrescarme, me vestí mas bien normalita con unos leggings negros una camiseta y una chaqueta Adidas, me hice una coleta y me pinte la raya del ojo y los labios, que es como suelo arreglarme para diario, acabe de fumarme el porro que me había hecho antes y baje al garaje, avise a mi padre diciéndole que estaba en casa de mi amiga Andrea y no sabía si vendría a cenar. Cuando llegue al garaje me acerque a mi coche, entonces desde la plaza de enfrente vi a Manuel haciéndome una señal con las luces, me dijo que me subiese atrás y me agachase, ya que por discreción iríamos a otro sitio a charlar para que no nos viese nadie juntos. Arranco y al salir del garaje dio una vuelta a la manzana, se detuvo y me ofreció sentarme adelante, me senté y pregunta a donde nos ...
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