1. Tercer dia con Teresa y Luis


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: MD1957, Fuente: xHamster

    ... se daba cuenta de que Luis se masturbaba le daba un fuerte azote en las nalgas repitiéndole que no se le ocurriera correrse. Fui yo la que se corrió como una cerda sin dejar de mirarles, las gotas de flujo que salían de mi vagina me salpicaban el vientre y las piernas, la polla de Luis unas veces estaba dura como una roca y otras estaba flácida y escondida entre sus piernas; tras algo más de media hora en la que Teresa no varió su ritmo ni un ápice los gemidos de placer de Luis pasaron a convertirse casi en una súplica a su mujer de que parase porque ya no aguantaba más. En su lugar, Teresa aceleró su ritmo sujetándole del pelo con una mano y estrellando la otra de vez en cuando en su nalga con un fuerte azote; la polla de Luis estaba ahora dura y enrojecida con sus venas hinchadas como no la había visto antes, Luis empezó a meneársela, ahora su mujer no le ordenaba que no se corriera, le preguntaba si lo iba a hacer. Me tumbé boca arriba sobre la cama y deslicé la cara bajo las piernas de Luis, dejó de masturbarse cuando sintió mi mano acariciando sus huevos y llevé su polla entre mis labios, apenas sintió mi lengua rozando su glande soltó su primera descarga sobre mi cara, rápidamente metí su polla en mi boca y empecé a succionar tirando al menos tres descargas más de su espeso semen, el ritmo de Teresa comenzó a bajar y entre sus piernas podía ver la polla de látex que entraba y salía de él ahora muy lentamente. Parecía que Luis había soltado todo lo que llevaba cargado ...
    ... en sus huevos pero, cuando finalmente Teresa sacó totalmente la polla de látex de su culo, su polla, ya bastante flácida todavía dejó escapar un torrente de esperma que era casi tanto como todo lo que había escupido antes. Se dejó caer sobre la cama con los ojos cerrados, se le veía que estaba agotado aunque con una expresión de satisfacción en el rostro.Teresa estrelló la mano en la nalga de su marido llamándole puta y luego me miró sonriendo mientras con una toallita húmeda limpiaba la polla de látex, se acercó a la cómoda donde tenían los vibradores como en un sex-shop y del cajón sacó unas bolas de geisa que dejó en la cama, eran tres juegos, dos de ellas metálicas y otro de goma negra. Apartó a un lado el falo que llevaba colgando y flexionando un poco las piernas metió un juego en su vagina, luego se echó en la cama junto a mi lamiendo mis pechos y acariciando mi coño con la mano, unas veces metía un dedo en mi sexo y otras lo hacía en el ano. Otra vez estaba yo en una situación en la que en lo único en lo que pensaba era en correrme de nuevo. Cuando noté el gel frío que la mano de Teresa estaba extendiendo y metiendo en mi ano me asusté pensando en que su intención era penetrarme como a Luis, después de extender el gel jugando con sus dedos dentro de mi ano volví a notar algo frío en él, Teresa empujaba una bola dentro, se resistía a abrirse pero de repente como si tuviera una ventosa mi ano la succionó y sentí como estaba dentro, luego repitió lo mismo con la segunda ...