Casualidad
Fecha: 22/10/2018,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... sin medias y con una hermosa tanga de encaje tipo seda dental, por lo que se le resumían los jugos por los lados de la diminuta prenda, nuevamente me advirtió que quería gozar así pero que esa noche no sucedería nada, que tal ves otro día, ante lo cual no le insistí. Ella se dirigió al baño y aproveche para decirle a Alfonso como estaban las cosas y que la última acción que nos quedaba era que fuera El quien le propusiera ir a otro sitio, igualmente le dije que no sintiera pena de que Yo los observara bailando. Así fue como a la siguiente ves que salieron a bailar, pude observar a mis anchas y con mucha exitación, como Liz se le restregaba descaradamente contra su verga moviéndose como si la tuviera clavada allí mismo, también cuando ella le cogía las manos a El y se las ponía sobre su culo para que se lo estrujara e igualmente cuando Ella descaradamente le pasaba la mano por la verga y se trenzaban en largos besos con lengua, en fin, estaban que se culiaban en la pista sin importarles que estaban siendo observados por los pocos asistentes, eso me excito más pues les veía a esta gente la cara de idiotas creyendo que Yo en cualquier momento iba a formar un escandalo, pues sus mentes son tan cerradas que no pueden entender las cosas más allá de lo cotidiano y rutinario. Cuando regresaron a la mesa Liz me dijo que pidiéramos la cuenta y que nos fuéramos los tres para un motel pues quería estar con los dos, Yo me sorprendí un poco ya que ella se había negado sistemáticamente a ...
... que esa noche invitáramos a Alfonso, sin embargo me alegró y excitó que hubiera tomado esa decisión, mientras esperábamos la cuenta y la cancelábamos le pregunte porque había cambiado de parecer y me respondió que estaba como una yegua de mojada y que la había superexitado el hecho que Alfonso le hubiera dicho directamente que quería estar con Ella en un sitio más intimo, al mismo tiempo Yo le metí la mano bajo el vestido y pude darme cuenta que estaba hecha un charco de jugos. Salimos y nos montamos en la camioneta nuestra y por lo tanto los tres en el asiento delantero con Liz en la mitad, con una mano le levante la falda y empece a acariciarle la chocha, mientras tanto Alfonso solo se limitaba a mirar de reojo, entonces Ella le cogió la mano y se la coloco sobre sus tetas al tiempo que lo besaba y se abrazaba a El, de esta manera se fue entregando al goce y empezo a preocuparme que estabamos todavía muy lejos del motel a donde íbamos ya que Liz estaba que se culiaba a Alfonso allí mismo y me estaba haciendo incomodo el manejar queriéndose abrir totalmente de piernas, más cuando yo había retirado mi mano de su chocha y Ella la había reemplazado por la de Alfonso, en esos momentos me acorde que hacia poco tiempo habían inaugurado un nuevo motel por el sitio en que transitábamos y me dirigí allí inmediatamente, afortunadamente no pusieron problema al ver que ingresábamos tres personas y tuve que calmar a Liz mientras entrábamos pues estaba que no se aguantaba las ganas de ...