1. Desafío de galaxias (capitulo 63)


    Fecha: 22/10/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... indefinidamente porque se pueden gangrenar. —Este tipo de heridas hay que cerrarlas y cauterizarlas, pero con las leyes en la mano; yo no quiero que en este ejército haya individuos de semejante calaña. —Ya veo que todos pensáis igual, pero os aviso: en el parlamento federal sigue existiendo un sector, minoritario si, pero activo, que apoya la ideología del excanciller. —Y el número de tus enemigos ha aumentado entre los representantes parlamentarios, —afirmó el padre de Anahis. —¡Que les den! —exclamó Marisol. —Pero, ¿por qué han aumentado sus enemigos? —preguntó Anahis. —Porque algo que causa terror entre ellos, es la posibilidad de que Marisol se dedique a la política, y con ella, sus seguidores. —¿Pero que gilipollez es esa? —salto Marisol— ¿cuándo me he metido yo en política? Además, usted lo sabe… —Lo sé, lo sé, Marisol, lo sé. Pero las cosas están así. —Pues me da igual, los desertores serán juzgados y acusados de alta traición, y si sus señorías quieren guerra, la van a tener, le prometo que la van a tener. —Tú sabrás, —dijo el presidente— en fin, tengo hambre, ¿y si nos vamos a comer? —Muy bien señor presidente. —¡Ah! Y coméntale a tu padre que se me ha acabado el orujo. —No se preocupe: yo se lo digo. —Por cierto, tú invitas ¿no? —Sin problemas, vamos al comedor del cuartel. —¡Joder! —Tranquilo, yo invito, —dijo el canciller riendo. —Está quiere llevarse todo su dinero a la tumba. —Mira quien fue a hablar, el que siempre está intentando que le inviten. Otra cosa: ...
    ... ¿cuándo tiene previsto irse? —Tengo que estar en Edyrme a final de semana… —Entonce mañana, si le parece bien, quiero comentarle un par de cositas. —¿No puedes adelantarme algo? —No, no. J. J. llega de Maradonia está noche; Inteligencia ha estado trabajando en la documentación incautada al excanciller y no queremos utilizar los canales habituales. —Entonces de acuerdo, mañana me lo cuentas. —Te has aficionado al orujo español, —dijo Anahis cogiéndose del brazo de su padrino mientras salían de la sala. —Me encanta, pero mucho más cuándo se lo ofrezco a las visitas y ponen cara rara. —Mi padre lo puede hacer con sabores si usted quiere… de frutas por ejemplo, aunque él dice que son «mariconadas». —No, no, no, así está bien, está genial. Para dos días después, por la tarde, se había convocado al Estado Mayor, en la sala de reuniones del nuevo Cuartel General cuyas obras habían finalizado prácticamente. A la reunión asistían también los cancilleres de grupo «duro», entre ellos, el flamante canciller Cimuxtel. El día anterior, Marisol de había reunido en varias ocasiones con el presidente Fiakro, a solas, o en compañía de J. J. Marisol se encaminó al encuentro de Cimuxtel, cuándo este, apareció por la puerta en compañía del resto de cancilleres. —¿No te quitas el uniforme? —le dijo mientras le abrazaba— ¿es apropiado? —Para mí sí, mi señora; soy militar y mi cargo actual es transitorio. No pienso vestirme con ropajes elegantones, —y mirando a sus compañeros cancilleres, añadió—: y ...
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