1. Big guante


    Fecha: 24/10/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Masturbación Autor: Maria4manos, Fuente: CuentoRelatos

    ... tonicidad… horas de trabajo con ellos. Sin embargo, el pie lucía terso y fino como una piel que jamás hubiese sufrido el impacto continuo del rozamiento o la tracción. Un pie de niño en una pierna de deportista de fondo… Traté de indagar sobre las actividades cotidianas de mi extraño paciente, sin saber aún si era hombre o mujer. Pero las respuestas resultaron igual de ambiguas que su nombre y su aspecto. Caminar mucho, no gimnasio, nunca tacón alto… No podría progresar así. Masajeé igualmente la pantorrilla y el tobillo, realicé algunos ejercicios de movilización articular pasiva, y trabajé sobre la planta de aquel pie intacto. Sorprendentemente, la luz de un sol que jamás entraba por las ventanas translúcidas de mi bajo, comenzó a inundar la estancia. Me extrañó un poco, pero continué concentrado en mi tarea. Terminé la consulta con mi mejor disposición e indicándole que no sería necesaria una nueva sesión, salvo que notase dolor persistente, más allá de las posibles molestias por mi masaje. Junto con el dinero, me entregó un sobre. Alegó que lo necesitaría, que sería útil para mi trabajo y para mi salud. Respondí que no aceptaba regalos por mi trabajo, pero igualmente lo dejó sobre la camilla y se fue. Fuera sólo había dos iniciales BG. Recogí todo y me llevé el sobre a casa. Cené algo y me tumbé a ver un rato la televisión. Tan aburrido estaba que recordé el regalo y me decidí a abrirlo. Apenas pesaba y no había nada voluminoso dentro. Mi mente conjeturó antes de ...
    ... comprobar, pero la evidencia resultó más desconcertante aún. Era una media multicolor, fina pero cálida. Larga como para una pierna, estrecha como para un brazo… Acababa en dos orificios, por lo que deduje que sería para enganchar en la mano, sacando el pulgar por uno y el resto de los dedos por el otro. Interesante. Curioso regalo. Me la probé en mi brazo derecho, que suele ser el que más se me carga en el trabajo. Me ajustaba bien, incluso haciendo un leve efecto muñequera. Fantaseé con la posibilidad de que pudiera usarlo en la consulta, aunque en cuanto vi aquel despliegue multicolor a lo largo del brazo deseché la idea por insensata. Aquello no iba a mejorar mi imagen profesional en absoluto… Estaba ocioso. El televisor encendido en cualquier canal. La música latina sonando, el calvo de gafas rodeado de gatas en celo realizando todo tipo de proezas físicas para demostrar cuán alterado era su calenturiento estado… Me dejé llevar por la nostalgia, la pereza, el aburrimiento… Comencé a tocarme suavemente los muslos mientras una rubia y una morena jaleaban al cantante a dos bandas. Mientras deslizaba mi mano hacia las ingles, una lo sobaba desde atrás y otra desde abajo… Menuda vida dura la de los cantantes de moda. El fantasma de la clínica oscura y solitaria revoloteó un instante sobre mi momento de relajación indolente. Dejé que se fuera como vino, y observé con morbosa atención el jugueteo despreocupado de sus pechos rozándose al vaivén de la música. Yo los prefiero naturales, ...
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