A mi chica se la coge un demonio
Fecha: 12/10/2017,
Categorías:
Confesiones
Erotismo y Amor
Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos
La conocí en una fiesta de amigos. Linda como la primavera, inocente como una flor, con sus cabellos castaños muy claros en forma de bucles y sus hermosos y profundos ojos verdes, como luces de neón de esas que atraen a las moscas para luego electrocutarlas. Sus tiernas facciones de niña-mujer contrastaban fuertemente con sus tetas y culo de mujer sexual. Ella era una buena amiga, alguien en quien confiar, hija de familia de una familia muy tradicional y unida de las afueras de Guanajuato de esas conocidas como muy mochas por sus fuertes vínculos con la religión católica. Buena amiga, buena estudiante del primer semestre de su carrera universitaria, buena hija de familia, la consentida de abuelos, padres, tíos y primos. Una lotería de chica para el afortunado a hurgar sus carnes y lamer su sexo. Baste decir que después de un año de amistad nos hicimos novios y dicho y hecho, de un día para otro me saque la lotería y a partir del primer beso empezamos a intercambiar fluidos 3, 4 y hasta 5 veces al día. Nos veíamos en mi lugar y allí llegaba ella día tras día y en menos de dos minutos ya yacíamos copulando por todo el lugar con las ventanas totalmente abiertas para poder ser vistos por extraños. Y así sucedió mes tras mes, lapso en que recorrí y volví a recorrer todos sus agujeros de manera enfermiza haciéndola gozar lo que bien se tenía merecido. Y todo iba a plenitud, día a día vivía y disfrutaba de la amistad de esta chica, la clase de chica con la que puedes ir a jugar ...
... billar y tomar cerveza con amigos sin que se corte por ser la única mujer. Los días más felices de mi vida en compañía de una chica bendecida por los dioses del olimpo. El amor era tal que de que empezamos de novios cambió su popularidad en los pasillos de la universidad por la tiesura de mi falo erecto, su vida familiar de hija modelo hermana preferida por mi semen caliente, y su cara de ángel por el culo que me obligaba a satisfacer. Hasta que un día, de repente, todo dio un giro de 180 grados. Andrea, de un día para otro, se tornó ermitaña, malhumorada, solitaria y fría en la cama. Después de varios días sin cambio llegué a pensar que tanta verga quizás le estaba sentando mal por lo que preferí parar un tiempo y dejarla descansar. Ya había yo experimentado en el pasado la historia de una ex a la que había mandado al hospital por cogerla con tanta furia, pero no, pasaron dos semanas y Andrea, quien ya vivía conmigo para entonces, no daba muestras de mejoría y seguía postrada en cama casi todo el día con enormes ojeras grises que habían aparecido donde hacia poco había chapas rojas llenas de vida. Sus rizos castaños perdieron su brillo y sus hermosos ojos verdes antaño luciérnagas de la noche se opacaron y hundieron. En el terreno sexual, su vientre ya no respondía a mis embestidas y aunque la llamara 'Eres una Puta' en la cama ya no se prendía como antes. Una noche regresando del trabajo a casa vi desde la cochera la luz de nuestra habitación prendida. Se me hizo extraño, ...