MI ABUELITA MARTHA 1
Fecha: 29/10/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: carlitos1972, Fuente: SexoSinTabues
... debilidad, le arroje mi semen a ella, mis chorros, algunos fueron a dar a sus muslos, los más potentes llegaron muy cerca de su sexo, no recuerdo haber botado tanta leche en una paja, y la culpable de todo esto era nada más y nada menos que mi propia abuela. Pensé, si la limpio ahora mismo, la despertaré, así que la deje así, me acomodé, y me retiré de la habitación; a los pocos minutos entré nuevamente, esta vez a abrir las ventanas, y noté que mi semen ya no era ni espeso ni blanco, sino que se había puesto líquido y le chorreaba por las piernas a mi abuela que al despertar me dio los buenos días, -que calor hace hijito-, me dice, -estoy sudando-. -SI CLARO, AHORITA TE PASO LA ESPONJA ABUELITA-, sonriéndole con una malicia que jamás había sentido. La limpié lo más que pude, pero cuando más me aproximaba a sus muslos, ella me dijo, -ya dame la esponja, yo puedo sola, ve a tomar desayuno, yo quiero leer un ratito, acomódame en la cabecera-, así lo hice. De repente ella sintió vergüenza de sentirse mojadita ahí cerca de su vagina, y por eso me detuvo, que se yo. Al día siguiente era sábado, así que tuve que esperar al lunes para ir al ataque, pero esta vez al todo o nada! Fue el fin de semana más largo, por fin llegó el lunes y pensé la forma de coger a mi abuelita de una buena vez. Fui como de costumbre muy temprano en la mañana, ahora solo en boxers ajustados a su habitación, pero esta vez ella ya estaba despierta, leyendo su pequeño devocionario, y su rosario en mano. ...
... -QUIERES QUE TE LLEVE AL BAÑO-, pregunte, ella me dijo: -si hijito, solo quiero orinar-. Sentí que ella miró de reojo mi bulto que aún no estaba totalmente armado, la misma maniobra de siempre, su brazo alrededor de mi cuello, y caminamos juntos uno al lado del otro, pero al llegar al inodoro, esta vez fui más osado, la giré un poco, quedando frente mío, puse sus dos manos en mis hombros, le dije -APÓYATE BIEN-, y la fui acercando al asiento, mis manos pasaron rápidamente de su cintura, a su cadera, y a sus poderosas nalgas, ella lanzó un pequeño gemido, yo levanté su falda mientras ella se iba sentando, oh que sensación para más placentera, pude rosar sus nalgas, mientras ella terminó por sentarse y mirándome fijamente, y luego una mirada veloz a mi bulto que parecía que estaba por romper la tela de mi bóxer, yo ya de pie volví a inclinarme para darle un beso en la frente, -TE QUIERO ABUELITA, BUENO, YO QUIERO DARME UN DUCHAZO, HACE CALOR, ME AVISAS ABUELITA-. -Si hijito-, dijo con una voz algo confundida tal vez. Fui a mi cuarto, me quité el bóxer y me puse una toalla a la altura de mi cintura o un poco más abajo dejando ver orgulloso e intencionalmente la mata de pelos que ya tenía a mis apenas 14 años de edad. -Ya Fabri!-, escuché a mi abuela, fue como música para mis oídos esa voz tan suave y maternal. Entré y ella abrió sus brazos, me incliné, ella apoyó sus manos nuevamente en mis hombros, la rose nuevamente en sus nalgas, la giré un poco, caminamos juntos, pero esta vez mi ...