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Confesiones del Padre Arturo: El campamento 1
Fecha: 09/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Padrearturo3, Fuente: SexoSinTabues
... Anita sonríe al entender mis palabras. Se deja llevar por el pasillo lejos de la habitación de niñas. Cruzamos el patio dirigiéndonos a una pequeña casucha casi oculta que formaba parte del alquiler. -Ahhh! Esta genial!- festeja Anita una vez abro la puerta y entramos al lugar. Estaba muy bien arreglado ya que era mi habitación de encargado. -Así es.- le digo sonriendo. Cierro la puerta y le echo seguro al mismo tiempo que cierro las cortinas. -Jijiji…-ríe Anita al mismo tiempo que salta sobre la cama al sentir la comodidad de ella.- Esta muy suave.- dice mientras se echa en ella. Yo en ese momento me encontraba muy excitado por tenerla por fin solo para mí, libre de miradas indiscretas y sus padres protectores, tenía una semana para gozar de esta niña como se debía. -Así es, mi amor.- respondo. Me acerco a ella.- Pero sabes, esta semana es muy especial. No solo hemos venido por diversión. También hemos venido para un retiro especial. ¿Te acuerdas que varias veces el Padre Eugenio habla en la misa sobre el retiro que hacen los mayores? Pues este es uno parecido que vamos a realizar los dos. -¿Retiro?-pregunta Anita. -Así es. En los retiros se reflexiona mucho. Es un momento para que “alabemos a Dios” lejos de los demás.- le digo con voz solemne.- Tenemos toda una semana para ello. - ¿Vamos a agradar a Dios, Padre?- pregunta la niña contenta. -Exacto. Ahora mismo.-digo sonriendo mientras me desajusto el pantalón que llevaba.- Anda, ya sabes que hacer. Y Anita lo sabe, ...
... comienza a desvestirse primero el pijama que llevaba puesto, luego sus braguitas hasta finalmente quedar como Dios la trajo al mundo hace 8 años. Mientras se agacha para retirarse sus braguitas color rosa desvió mi mirada a sus nalguitas, muy paraditas y que cada día iban creciendo más a pesar de las tremendas cogidas que le daba. Semidesnudo y quedando en bóxer (que no lograba ocultar la tremenda erección que tenía) me acerco a ella colocando mis manos sobre sus hombros. -Anita, por ser una semana especial y que estamos de retiro para “alabar a Dios” te he preparado un regalo especial.- le digo con voz alegre. -¿Un regalo?- pregunta ella encantada.- ¿Qué es? ¿Qué es?- pregunta curiosa. -Oh, es un regalo que no se le da a cualquier niña. Pero como tú puedes llegar a ser una niña Santa he decidido dártelo.- le digo. -Siiiii!!- festeja Anita contenta al mismo tiempo que me abraza. Al sentir su contacto mi verga reclamaba enterrarse dentro de lo más profundo de esa niña.- Padre, es el mejor!!- me dice abrazándose más fuerte como cuándo le daba un regalo para premiar sus “alabanzas”. -Lo sé, mi amor, lo sé.- respondo mientras la abrazo también acariciando su espaldita.- Voy a traértelo. Espérame aquí y cierra tus ojitos. Es una sorpresa. Anita se tapa los ojos y voltea esperando que yo llegara con el “regalo”. Me dirijo hacia el ropero retirando de su interior algo que había traído desde la ciudad, algo que había pedido prestado a Oscar. Me dirijo a donde se encontraba ella. -Aquí está. ...